Público
Público

Flórez rescata la obra de Rossini en el Teatro Real

El rey del bel canto ofrece hoy el recital 'más difícil' de su carrera

JESÚS CENTENO

Es la mayor revelación de los últimos años en la escena operística internacional. Pocos líricos han logrado conquistar al gran público en tan poco tiempo como el tenor Juan Diego Flórez (Lima, 1973), que presentó ayer los dos recitales que interpretará, hoy y el domingo, en el Teatro Real de Madrid. Acompañado del pianista Vincenzo Scalera, Flórez basará su actuación en arias del italiano Gioachino Rossini, su especialidad.

A sus 36 años, Flórez dice que afronta los recitales 'más difíciles' de su carrera. Su compromiso inicial con el Real era interpretar al duque de Mantua en Rigoletto, pero rechazó el papel. 'Debo esperar hasta poder interpretar el papel sin titubeos. Rigoletto tiene una tesitura un poco baja para mi voz y un cambio de registro hace que te cueste más cantar el resto del repertorio', se justificó el tenor. A cambio, Flórez ofrecerá un recital 'mil veces más complejo, lleno de agudos', con arias de Rossini y Gounod, además de fragmentos de zarzuelas como Doña Francisquita y El guitarrico.

'Cuando pierda la capacidad de cantar agudo, volveré a probar con Rigoletto. La interpreté en Dresden y sufrí porque tuve que cantarla a gran volumen, en un registro que no es el mío', aclaró Flórez, que explicó que los líricos tienden a cambiar de registro porque su voz se va haciendo más grave. 'Es una involución. Quiero cantar por muchos años mi repertorio actual y para eso necesito elegir bien las obras que canto. Cambiaré cuando no llegue. Por ahora, esto es lo que amo y lo que el público quiere oír', comentó.

Para el tenor, también es importante el descanso. 'Hay que cuidarse, pero sin obsesionarse'. Pavarotti, recordó, siempre descansaba dos días entre una actuación y otra. 'Yo he llegado a cantar dos días seguidos. No lo volvería a hacer. Ojalá llegue al nivel de belcantistas como Kraus, que cantó hasta una edad muy avanzada igual que en su juventud'.

Flórez debutó en 1996 y desde entonces su caché ha subido como la espuma. Ha planificado su carrera en torno a repertorios que se adaptan a su voz y esta temporada ampliará el catálogo con Zelmira, un ejemplo más de su fidelidad a Rossini. 'Es lo que hago desde hace 12 años y quisiera seguir por mucho más tiempo en esa línea', afirmó. De ahí el mérito de tejer una carrera exitosa en torno a este autor, en lugar de interpretar los grandes papeles de Verdi y Puccini.

Para Flórez, cada actuación es un reto. Guarda distancias ante la presión de los medios y la voracidad del mercado porque el directo es cada vez más difícil: 'Hay más presión por cantar siempre al cien por cien porque hay gente grabando a escondidas. A la noche, ya está en Internet'.

Sobre la fama, apuntó que, aunque en Lima casi no puede caminar, 'aquí me conocen muy poco. Es bastante más tranquilo y menos mal que es así. Los teatros y las discográficas tienen la necesidad de explotar tu imagen', anotó. Por ejemplo, 'en el Metropolitan cuelgan tus fotos a tamaño gigante y hacen publicidades que aparecen en los autobuses y en el metro. Ahora hay mucha más exposición, pero si no vas así, no funciona', concluyó.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias