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La lotería del funeral deja a muchos fuera

Las posibilidades para asistir al homenaje a Jackson son del 0,006%

ISABEL PIQUER

No tienen entrada y les da igual. No saben si podrán acercarse al Centro Staples pero no les importa. Lo que realmente cuenta es estar en Los Ángeles y vivir de alguna forma el último homenaje al rey del pop.

El más de millón y medio de personas que se inscribió en la página web del concierto tenían 0,006% de posibilidades de conseguir una de las 11.000 entradas dentro del recinto (las otras 6.500 sólo darán acceso a una retransmisión en el Nokia Theater también en el downtown).

El suspense debía terminar ayer aunque la avalancha de demanda (unas 50.000 peticiones por hora) podría obligar a los organizadores a retrasar los resultados hasta hoy.

Seguían sin conocerse detalles de la ceremonia. Sólo que no sería un funeral de cuerpo presente sino un gran concierto homenaje. El caos de la muerte de Michael Jackson, hace ya once días, y el desorden de la familia han trastocado el orden natural del entierro y consiguiente celebración.

Sin saber muy bien a donde ir, los fans se repartieron por la ciudad para llorar a su ídolo. Algunos asistieron a la misa celebrada en la iglesia africana metodista baptista por el controvertido pastor neoyorquino y amigo de la familia Jackson, Al Sharpton, que ya organizó dos homenajes en el teatro Apollo, en Harlem. Sharpton (que sirvió de modelo a Tom Wolfe para su personaje de reverendo corrupto en la Hoguera de las Vanidades) pidió un día de luto nacional y un sello conmemorativo.

El concierto, los homenajes oportunistas y la locura mediática han hecho olvidar las genuinas muestras de pena de muchos californianos por la pérdida de un cantante que vieron crecer y quemarse ante sus ojos.

'La gente ha venido simplemente a mostrar su cariño', decía Jay Fisher, el manager de la funeraria Reardon, en la calle principal de Ventura, una pequeña localidad al sur de Los Ángeles. Durante cuatro días instaló en una capilla virtual, libros de condolencias para los transeúntes, que, como buen profesional del dolor, rodeó de cajas de Kleenex. 'Cuando todo esto se calme, llevaremos los libros a su familia', añadió Fisher.

La investigación se había concentrado en cinco médicos de Beverly Hills que por lo visto recetaron poderosos calmantes al artista ,entre ellos Diprivan, que sólo se administra en hospitales y puede provocar paros cardiacos.

Después de que un tribunal otorgará la custodia temporal de los tres hijos de Jackson a la madre del cantante, hoy se celebrará una nueva vista para determinar quien gestionará los bienes del rey del pop y su cada vez más lucrativo catálogo discográfico.

 

 

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