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Los músicos huyen de las grandes discográficas

El inmovilismo de las multinacionales y su intención de obtener beneficios de los conciertos provocan la marcha de grupos españoles superventas como Hombres G y Jarabe de Palo. Quique González anuncia que también deja Warner

JESÚS MIGUEL MARCOS

El niño que quiere ser futbolista sueña con jugar en el Madrid o en el Barcelona. Con los músicos pasaba algo parecido: su aspiración era fichar por una gran compañía multinacional que llevara su música a todas las esquinas del país y, en algunos casos, del mundo. Esto último terminó hace tiempo. El fenómeno Arctic Monkeys en Reino Unido y los casos de Vetusta Morla y Russian Red en España, que se han dado a conocer a nivel masivo gracias a Myspace, han dejado claro que las cuatro grandes EMI, Warner, Sony BMG y Universal ya no son quienes dictan los gustos musicales del público.

La huracanada crisis de la industria discográfica descoyuntó un modelo de negocio superado y era sólo cuestión de tiempo que aparecieran otros síntomas de cambio. El efecto Radiohead, cuya decisión de abandonar EMI y regalar su disco en Internet ya aparece como uno de los momentos clave de la revolución que ha vivido el sector musical, llegó a España hace algunos meses de la mano del grupo de rap La Excepción. Hace una semana, otra banda histórica del pop español, Hombres G, seguía un camino parecido, anunciando su decisión de colgar nuevos temas en su página web tras romper con Warner.

'Lo solté volviendo de un bolo en Murcia. ¿Para qué necesitamos una compañía?', cuenta Dani Mezquita, guitarrista de Hombres G. No son los únicos que se hacen esa pregunta, principalmente porque la industria está especializada en vender un producto que no es que no se venda: es que casi no se utiliza. 'Yo al CD le doy, como soporte masivo, dos años de vida. Mira: yo me acabo de mudar de casa y no me he traído ni uno. Tengo el ordenador conectado al equipo y listo', sostiene Mezquita.

La intención de las casas de discos de modificar los contratos para obtener beneficios de los conciertos es el factor determinante para explicar la huida de los grupos. 'Es desleal. Nos pedían el 10%, pero es que en algunos casos están pidiendo hasta el 20%. En lugar de plantearnos una forma de trabajar nueva, nos ofrecen lo mismo de siempre y en peores condiciones', se queja el hombre G.

A Quique González, que también acaba de romper con la compañía, le exigían el 5% de sus ingresos brutos en directo. 'No quiero pagar un impuesto revolucionario por mis conciertos. El dinero tiene que ir para la gente que está dentro de la furgoneta. Además, mis conciertos los llevo organizando yo desde hace años y nunca les he pedido ni un duro ni para poner un cartel', explica el músico. Se trata, según González, de una política de empresa, 'porque yo les di la posibilidad de rebajar el presupuesto de la grabación del disco por una cantidad mayor que lo que se sacarían por el 5% de mis directos, pero ellos no quisieron'.

Fabrice Benoit, presidente de la división musical española de Universal, razona esta política de las multinacionales: 'Estamos en un momento de cambio enorme donde hay una redefinición de los parámetros. Estos cambios tocan a España más que a otros países, ya que las ventas de discos son especialmente malas. Por eso, los contratos de hace diez años son muy caros para lo que podemos soportar hoy'.

Dani Mezquita, que trabajó varios años en el departamento de marketing de una multinacional, cree que han tardado mucho en reaccionar: 'Las discográficas son estructuras basadas en el formato CD y se ataron a eso. Recuerdo una reunión de mi discográfica a nivel europeo donde se celebraba la implantación del DRM, el sistema anticopia de los cedés. Mientras todos daban saltos de alegría yo dije muy claro que me parecía que ese no era el camino adecuado. El único listo fue Steve Jobs, de Apple, que se puso a vender canciones a 99 céntimos y triunfó'.

Pau Donés, de Jarabe de Palo, también dejó Warner y decidió publicar su último disco con un periódico. Según él, 'la falta de creatividad de las discográficas es total y absoluta. Cuando el negocio musical va mal, intentar pillar de los conciertos. ¿Es esa su solución? En vez de aliarse con el artista, lo han puesto en su contra'.

Donés destapa una opinión muy extendida entre los aficionados a la música: las discográficas son las malas de la película. 'Esa es mi gran preocupación subraya Fabrice Benoit; tenemos fama de malditos y seguramente hubo abusos, pero yo no me siento representado por esa imagen'. El presidente de EMI España, Simone Bosé, admite que 'hemos tardado en reaccionar, pero igual que tardaron las sociedades deportivas en modificar su estructura. Ahora vemos que es más provechoso trabajar todas las áreas de negocio de un artista: conciertos, merchandising, patrocinadores...'.

Pero, cuando un grupo deja el útero discográfico, ¿qué opciones tiene? Hombres G ha apostado por montar su propia página web (www.hombresg.tv), que les permite controlar casi todos los aspectos de su música: 'Llevamos cuatro meses currando y todavía no hemos llegado al 5% de lo que queremos desarrollar. Hemos ofrecido tres canciones nuevas, pero la idea es abrir una relación directa con los seguidores: tenemos un blog, colgaremos imágenes de ensayos y conciertos, rescataremos materialantiguo...'.

La respuesta de sus fans ha superado sus expectativas: 40.000 visitas en cinco días. Y lo más importante es, claro, la libertad. 'Puedes hacer lo que quieras con tus canciones y no te pueden obligar a nada', responde Mezquita.

Por su parte, Quique González prefiere optar por otro camino. 'Me planteo buscar una compañía que se haga cargo de la fabricación y la distribución de los CD. Y llegar a un acuerdo para no tener que firmar un contrato por cinco discos', sostiene. Otros que han abandonado su sello han sido Los Delinqüentes en su caso, EMI, que vieron como la negociación de su contrato retrasó sobremanera el lanzamiento de su último disco. Finalmente, sacaron su disco con la independiente El Volcán y llegaron a un acuerdo de distribución con EMI. Los grupos se van de casa y todo apunta a que esto es sólo el principio.

¿Cuáles son las multinacionales del disco?
Son cuatro: Universal, EMI, Sony BMG y Warner. Entre ellas se reparten alrededor del 80% de las ventas de discos en España. En la última década, han sufrido un turbulento proceso de fusiones y reajuste de plantillas debido al brutal descenso en las ventas de discos.

¿Cuál fue el primer grande en huir?
Fue Radiohead. En 2007, el grupo de Thom Yorke dejó EMI, colgó en Internet su nuevo disco, ‘In rainbows’, y dejó que la gente pagara lo que quisiera. El grupo ganó más dinero en esa operación que vendiendo su anterior disco, ‘Hail to the thief’, de manera tradicional.

¿Por qué las multinacionales no han sabido adaptarse?
Han pretendido defender el negocio de la venta física de música, cuando el CD era un soporte en vías de extinción. Como explica Dani Mezquita, de Hombres G, “las discográficas se habían gastado mucho dinero en máquinas para fabricar CD y contaban con una gran red de vendedores, algo inútil cuando ahora puedes tener la canción dando a un botón”.

¿Cómo lidian con la bajada de las ventas?
Intentando acceder al mercado de la música en directo. ¿Cómo? Exigiendo beneficios de los conciertos a sus artistas (entre el 5% y el 20%). Por otro lado, Warner ha comprado la promotora Get in, que gestiona las giras de artistas como Coti o La Oreja de Van Gogh. EMI también ha empezado a trabajar en los conciertos y Sony BMG creó la promotora Spot! Por ahora, Universal es la única que sigue siendo sólo discográfica. 

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