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Un rapero aterra a la Francia políticamente correcta

Las autoridades boicotean la gira de Orelsan, gran revelación musical del año, tras oír Puta guarra

ANDRÉS PÉREZ

Orelsan, algo así como el Eminem francés, se ha convertido en el protagonista de una fuerte polémica. Tras despuntar con su hip hop irónico para clases medias blancas aburridas, varias asociaciones feministas bucearon en su pasado musical cuando era un don nadie. Y encontraron lo que buscaban: el vídeo de Sale Pute (Puta guarra), donde expresa sus ganas de torturar a una novia acusada de infiel.

Insoportable, clamó Ségolène Royal sobre unos temas que hoy, tras estallar la polémica, Orelsan juzga 'tan antiguos como malos'. En esos cortes se dicen cosas como 'te voy a dejar preñada y luego abortarte con mi navaja' o 'sólo sirves para que te revienten el recto'. La respuesta de la clase política más políticamente correcta no se hizo esperar.

Varios ediles amenazaron con retirar las subvenciones de todo aquel que contratara al músico. Diez de sus conciertos programados, especialmente en pequeñas salas de provincias las que dependen más de las subvenciones fueron anulados. Pero, confiesa Orelsan a Público, lo peor fueron los 'treinta bolos pactados que no han sido confirmados. El que quiera contratarme sabe que se meterá en un follón'.

La clave del asunto ha sido Royal, la ex candidata socialista a la presidencia de la República, partidaria de una especie de rearme moral políticamente correcto y nominalmente de izquierda. Como presidenta de la región Poitou-Charentes, tiene poder sobre las subvenciones a uno de los mayores festivales, el Francofolies de La Rochelle.

Allí, según sus productores, Orelsan fue programado y luego desprogramado tras la intervención de Royal. Alexandre Godin, director de gabinete de Royal, negó a Público que 'hubiera censura, ni chantaje con subvenciones', aunque reconoce que contactó con la dirección del festival en dos ocasiones y que Royal ha expresado su 'satisfacción' al ver a Orelsan fuera del cartel.

El caso se ha convertido en puro fuego artificial político-cultural. El portavoz de la derecha, Frédéric Lefebvre (conocido como El Pitbull de Sarkozy) ha calificado al rapero de 'víctima del PS'. Y numerosos cantautores de primera línea, como Cali y Olivia Ruiz, han defendido a Orelsan.

La peculiaridad del hip hop francés es la fuerza de su escritura, muy poética y provocadora, repleta de dobles sentidos, un estilo que bebe de Brassens, Ferré y Gainsbourg. Y, efectivamente, basta con ver el clip de Sale Pute para comprender el sentido real de la violencia verbal: un pobre imbécil se desahoga bebiendo como un mamarracho y amenaza con torturar y matar a su novia. Luego cae desplomado tras... mandar un e-mail a la novia.

'Cada cual es libre de pensar lo que quiera. Si un colega hiciera eso, me parecería ridículo, ahí tirado, borracho. Hablo de la ruptura amorosa. No defiendo la violencia de género. Aquí de lo que se trata es de no caer en la falsa fachada moral. Y mi tema permite hablar de una violencia que existe y es real', zanja OrelSan.

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