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Coldplay culmina su triplete en Barcelona

El grupo ofreció su tercer show en la ciudad en menos de un año

LÍDIA PENELO

I use to rule the world, seas would rise when I gave the Word Quien entonaba el Viva la Vida de Coldplay no era Chris Martin sino Mireia, una fan del grupo que esperaba sonriente el inicio del concierto. Con una cerveza en la mano y un paraguas en el otro, esta treintañera cuenta que, tras seguir a U2 por media Europa, el recital de ayer ponía el punto y final a su particular tour de conciertos veraniegos. 'Aunque soy una fan reciente, no me quería lo perder. Prefiero a Bono, pero Coldplay me da buen rollo', añade.

Horas antes del recital, la lluvia jugó al escondite con Barcelona pero desapareció durante el concierto. Las más de 63.000 personas que habían conseguido entrada acudieron a la cita inmunes a la inestabilidad meteorológica. Muchos hubieran preferido que el grupo tocara en el Camp Nou para redondear el flirteo de los nuevos reyes del pop con la ciudad condal, pero el cartelito de 'Entradas agotadas' demostró que el tamaño gigantesco del estadio Lluís Companys no es tan gigante para Coldplay.

El tamaño del estadio Lluís Companys se les quedó pequeño

Antes de salir al escenario, Magnificence de U2 en el hilo musical agitó al público. ¿Sutilezas con las influencias? Ninguna. De lo que se trataba era de aligerar la espera y entretener a los seguidores. A diez minutos para las 22 horas, cuatro bengalas rompieron el vacío del escenario.

Las primeras notas de Life in Technicolor esparcieron la euforia por todo el recinto, pero unos problemas de sonido en Violet Hill despertaron algunos silbidos. Nada grave. La archiconocida Clocks puso fin a la incomodidad sonora. Iluminación azul para In my place. Antes del estribillo, Chris Martin soltó un 'todo el mundo' con el que consiguió hacer cantar a los más tímidos. En el turno de Yellow el estadio se volvió amarillo y se cubrió de luces, globos y palmas.

Otros clásicos de la formación, como The Hardest Plan y Lovers in Japan, tampoco faltaron en una noche poco arriesgada pero que convenció a la mayoría de los presentes. Unos fuegos artificiales para terminar la ración de azúcar de Flix You, pero un '¡no se oye!' volvió a poner en evidencia problemas técnicos.

Entre el público, el entrenador del Barça, Pep Guardiola

Con Viva la Vida, la canción que les ha catapultado al éxito (y no sólo por ser el tema que ha acompañado a los éxitos del Barça), el estadio se estremeció. Su coreo se alargó hasta la extenuación del vocalista. Incluso el entrenador del Barça, Pep Guardiola, camuflado en la zona de prensa con su mujer y unos amigos, siguió la letra, sin exaltarse, fiel a su estilo. Encarrilaron el final con una versión de Billy Jean de Michael Jackson.

El feeling de Coldplay por Barcelona es evidente. El de ayer fue el tercer concierto del Viva la vida Tour en la ciudad en menos de un año. Incluso la eligieron para grabar partes del disco y rodaron algunas de las secuencias de Violet Hill en la catedral de Santa María del Mar. La gira, que lleva rodando por todo el planeta desde hace un año y tres meses, terminará en Londres el 19 de este mes, tras más de 160 espectáculos y unos beneficios que rondan los 200 millones de euros.

 

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