'Malditos bastardos'

Nueve bandas de colores recorren un fondo blanco. El minimalismo del cartel que ha diseñado Óscar Mariné para la 57 edición del Festival de San Sebastián no deja lugar a dudas: es el año de la contención y la austeridad. Su director, Mikel Olaciregui, y su equipo han sacado la regla de medir y han puesto las tijeras sobre la mesa para ajustar las cuentas de un certamen que ha visto reducido su presupuesto en 800.000 euros (hasta los 6,8 millones) respecto al año anterior. Además, el primer tijeretazo también ha afectado a su duración, que de los diez días habituales ha pasado a nueve. 'Es una medida testimonial, que afecta más a la economía de la ciudad que al cine', insiste Olaciregui.

La sección oficial ha pasado a tener dos títulos menos que en la edición anterior, y se prescinde de una de las retrospectivas, la de autor contemporáneo, que el año pasado correspondió al director británico Terence Davies. 'De alguna forma la panorámica dedicada al novísimo cine francés (La Contraola) fusiona la retrospectiva temática y la de autor', se defiende el director.

'Podríamos perder la posición estratégica que tenemos como el cuarto festival del mundo'

Los cócteles los legendarios saraos festivaleros desparecen a no ser que haya un patrocinador de por medio. 'No habrá cóctel de clausura de momento', apunta Olaciregui. Los contratos se han renegociado a la baja y los agentes de la industria del cine que vienen a ver y comprar películas han recortado su presencia, como sucedió ya en Cannes.

El festival coge aire, mete barriga, y hace un nuevo agujero en el cinturón, pero Olaciregui advierte de que ésta no debe ser ninguna dieta a largo plazo. 'No queremos dar la espalda a la crisis, pero podríamos perder la posición estratégica que tenemos como el cuarto festival del mundo. Hay muchos certámenes en el mundo que están creciendo, y de mantenerse estas políticas restrictivas, estarían dispuestos a quitarnos el puesto'.

Por suerte, el público de Donosti parece permanecer ajeno a los ajustes: en un sólo día, el festival vendió 46.000 entradas, lo que supone un 23% más que el año anterior. Las entradas para asistir a los pases de Malditos bastardos, de Tarantino, se agotaron en siete minutos. Woody Allen y Ang Lee, otros de los nombres propios de la programación, no tardaron mucho más.

Los recortes no afectarán, al menos no de manera sangrante, a las estrellas. Brad Pitt y Tarantino serán los primeros en pisar la alfombra y provocar atascos y gritos en los alrededores del Teatro Victoria Eugenia. Les seguirán Jim Jarmusch, Ang Lee, Terry Gilliam, Naomi Watts que acompañará a Rodrigo García y su Mother and Child programada para la clausura, John Cusack y Roland Emmerich, que presentarán un adelanto de 2012.

Por suerte, el público de Donosti parece permanecer ajeno a los ajustes

Eso sí, todos ellos quedan lejos de la competición por la Concha de Oro, que este año está reservada a autores de menos peso mediático. Si Atom Egoyanque abre la sección oficial con Chloe, Rodrigo García, Juan José Campanella y François Ozon son los nombres más familiares de la competición, de poco les sonará el debutante Aaron Schneiderque ganó un Oscar por su corto Two Soldiers o el iraní Mohammad Rasoulof, que ganó en 2005 el premio del Jurado del Festival de Gijón. El primero traerá Get Low, una fábula emplazada en el sur de Estados Unidos y el segundo, una historia de apariencia melancólica en The white Meadows.

Aunque el protagonista del festival será el cine francés, que compite con tres nombres que aparecen también en la retrospectiva La Contraola. A Ozon se unen el extraño y extremo Bruno Dumont (Hadewijch) y el heredero de la nouvelle vague Christophe Honoré (Making Plans for Lena), que empieza a ser un conocido en el barrio viejo de Donosti.

Tarantino presenta a sus bastardos

El fagocitador oficial del cine contemporáneo, Quentin Tarantino, abre la sección Perlas de Otros Festivales con 'Malditos bastardos', un espagueti western en tiempos del nazismo y un homenaje ardiente al cine. La túrmix a tope, y uno de sus mejores personajes: Hans Landa (Christoph Waltz).

Woody Allen, otra vez en casa

‘Si la cosa funciona’ es la vuelta de Woody Allen a Nueva York con un relato hedonista protagonizado por el humorista judío Larry David.

Ang Lee se va de 'tripis'

Tras ‘Deseo peligro’ se quedó exhausto, así que Lee decidió tirarse a la comedia psicodélica en ‘Destino: Woodstock’. 

Haneke disecciona el fascismo

‘La cinta blanca’ reflexiona sobre el autoritarismo a lo Dreyer. La Palma de Oro de Cannes recibirá en Donosti el premio Fipresci. 

Jarmusch recorre España

Filmada en España, y con unos folios de guión, Jarmusch se marca en ‘Los límites del control’ un filme ‘artie’ y misterioso.