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Dos esculturas de Rodin para pagar el museo del Titanic

La City Art Gallery de Southampton busca ingresos vendiendo varias piezas de su colección

NELA DOMÈNECH

¿Pueden venderse las obras de arte de un museo? Depende para qué se destine el dinero. Al menos, esa es la conclusión que se entiende de los casos que se han dado en los últimos años en Inglaterra. La polémica revive de nuevo con la aprobación, por parte del Ayuntamiento de Southampton, de la venta de dos esculturas de Auguste Rodin y un cuadro de Alfred Munnings para conseguir 7 millones de euros. Un tercio de lo que costará el futuro museo sobre el Titanic, el barco que salió de la ciudad y naufragó antes de llegar a América. La corporación cree que un centro sobre el Titanic será un atractivo turístico para esta ciudad de la costa sur. 25 concejales votaron a favor de la venta; 20, en contra.

En principio, los museos son instituciones públicas (o privadas) para conservar, mostrar y difundir el patrimonio artístico y cultural. Hasta ahí todos están de acuerdo. En cambio, difieren en lo sagrado de las piezas que tutelan. El concejal John Hannies aduce que 'estas tres obras son las únicas que saldrán a la venta, no vamos a sacrificar la colección de arte por el Titanic'.

'Son piezas redundantes y casi no se exponen al público'

En EEUU la venta de obras de arte por parte de instituciones artísticas de carácter público son frecuentes. La City Art Gallery de Southampton tiene la tercera pinacoteca más importante del país, excluyendo las de Londres. Se inició en 1911 gracias al mecenazgo de sir Robert Chipperfield. Con su dinero se compraron las obras que ahora se venden. El informe que avala la venta aduce que las obras las esculturas Crouching Woman, de 1882, y Eve, de 1880, de Rodin, y el cuadro After the Race, de 1937, de Munnings 'son piezas redundantes en la colección porque hay otras similares y casi no se exponen al público'.

Uno de los pesos pesados del arte en Gran Bretaña, Charles Saumarez Smith, ex director de la National Gallery y actual secretario-jefe de la Royal Academy, explica que 'es legítimo que las instituciones vendan arte si con el dinero se beneficia la colección. En el caso de Southampton, no veo que un museo marítimo beneficie al museo de arte'. Saumarez teme que la venta siente un precedente, malo en su opinión, para otros museos.

El comisario del museo Compton Verney, Giles Waterfield, cuestiona el papel de ayuntamientos y gobiernos como los responsables, en última instancia, de las colecciones de arte, y cree que 'con un presupuesto anual de más de 200 millones de euros, el Ayuntamiento de Southampton podría encontrar en otra parte el dinero que necesita para recrear el hundimiento del Titanic'. Waterfield coincide en que la venta representa 'un precedente peligroso'. El museo tiene unas 3.500 obras de arte, con gran presencia de pintura británica del siglo XX.

'Es legítimo que se venda arte si con el dinero se beneficia la colección'

El Comité de Museos, Bibliotecas y Archivos autoriza estas ventas si el dinero se reinvierte en el mantenimiento, adquisición o mejora de los fondos artísticos de la institución que lo vende. Los precedentes al caso de Southampton arrancan en 2006, cuando el Ayuntamiento de Bury, al norte de Inglaterra, vendió A River Bank, del pintor local L.S. Lowry, por dos millones de euros para reducir el déficit municipal. Como castigo el Comité de Museos, Bibliotecas y Archivos excluyó al museo de cualquier subvención pública.

El año pasado la Watts Gallery de Guildford vendió dos pinturas de artistas victorianos por tres millones para restaurar el edificio de la galería. El Comité de Museos, Bibliotecas y Archivos no tomó ninguna represalia contra el pequeño museo victoriano. Por eso, depende a qué se destina el dinero de la venta de obras de arte de museos, éstas ya no son sagradas en Gran Bretaña.

 

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