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El buque insignia del impresionismo se queda pequeño

El presidente del Museo de Orsay dice que las visitas superan su capacidad máxima

ISABEL REPISO

El Museo de Orsay prepara una ampliación. Lo anunció ayer Guy Cogeval (París, 1955), presidente del museo, tras la presentación de la nueva temporada expositiva de la Fundación Mapfre, donde presentó Ver Italia y morir. 'No podemos continuar así. Tenemos casi 3,5 millones de visitas al año cuando el museo se proyectó con una capacidad máxima de dos millones'. Sin embargo, la estación en la que se ubica no parece dar para más. 'Sí da. Tenemos una sede bancaria al lado', sugiere.

La operación, que es conocida en los pasillos ministeriales de la República, no será fácil. El contexto de crisis no ayuda y la política de gratuidad para los menores de 26 años se está saldando con fuertes desequilibrios: 'Al año nos hace perder dos millones de euros. Nuestro balance es que tenemos un 20% menos de recursos financieros a cambio de una subida de sólo el 3% de la audiencia'. Y con la masificación de visitas que tiene el museo, atraer al público es una de las últimas preocupaciones de Cogeval. 'Mi problema no es tener más gente, porque verdaderamente estamos al límite de nuestras posibilidades', insiste.

'Verdaderamente estamos al límite de nuestras posibilidades'

Las únicas quejas que el presidente no puede permitirse son la colección y las cuentas del museo. Con una asignación estatal que ronda los 2,5 millones de euros al año, Cogeval logra disponer de un presupuesto de diez millones gracias a las donaciones. En el último año, la pinacoteca ha recibido un Pierre Bonnard (1867-1947) y un espléndido Edward Burne-Jones (1833-1898) donado por Pierre Bergé, cofundador de Yves Saint Laurent.

En el apartado de las adquisiciones, Cogeval está incorporando obras que hace 30 años no habrían interesado. La última, un autorretrato de Émile Bernard (1868-1941). Lo justifica diciendo que 'ese gusto francés tan razonable está cambiando' hacia una sensibilidad por lo violento y lo extraño. 'Si ves los retratos de Cézanne en la Fundación Mapfre (Mirar y ser visto, hasta el 20 de diciembre) te das cuenta de que son casi como dos Bacon', puntualiza.

El Museo de Orsay aportará varias obras a la próxima exposición del Thyssen, Lágrimas de eros. Y sin embargo, no tiene constancia de que las obras prestadas vayan a ser reproducidas en preservativos. '¡No tenía ni idea! Y eso que aportamos obras importantes, como La encantadora de serpientes, de Douanier Rousseau. De todos modos, yo no quisiera ver en mis preservativos La encantadora de serpientes porque es una imagen que, básicamente, invita a dormir'. Lo cual no quiere decir que no copien la medida.

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