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"La narración lineal ya no está ni en los telediarios"

Fernández Mallo acaba la trilogía Nocilla con una novela que supera la palabra escrita y llega hasta el DVD y el cómic

PEIO H. RIAÑO

Ha llegado el momento. El final del experimento Nocilla, de Agustín Fernández Mallo,cierra el chiringuito con una road movie en la que una pareja trama y busca su 'proyecto' que mueve sus sueños y deseos como pareja. Nocilla Lab (Alfaguara) es una búsqueda obsesiva de planes que hagan especial la vida, que la saquen de sus aburridos regueros. La novela crece desde la voz del sujeto introspectivo hasta el final del libro, en el que él como personaje protagoniza un cómic en blanco y negro, con Enrique Vila-Matas, sobre una plataforma petrolífera Puro Kafka.

La estirpe de autores a la que pertenece no para de crecer; el último en sumarse a la popularidad posmoderna es Kirmen Uribe con su Bilbao-Nueva York-Bilbao, reciente Premio Nacional de Narrativa. Mallo dice que se trata de una generación que 'lo intenta a la brava'. 'Es una generación que irrumpe contra viento y marea', justo en un año en el que las editoriales descartan los títulos más arriesgados.

'Para mí, Borges es un autor humorístico, porque me he reído mucho con sus cuentos'

A pesar de lo que las apariencias puedan llegar a confundir al lector que todavía no haya llegado a mancharse las manos de este chocolate, Fernández Mallo es un tipo que se muere por el humor y en sus novelas siempre hay un hueco para él. 'Si no encuentro humor en la vida no me interesa, porque me aburro', explica. Y pone un ejemplo de escritor que cumpla: 'Para mí, Borges es un autor humorístico, porque me he reído mucho con sus cuentos. Hoy, todo lo que no lleve una parodia de sí mismo ya no es creíble; de otra manera caeríamos en el drama y en las leyes literarias del siglo XIX'.

Agustín Fernández Mallo también ha roto con la novela, porque 'la idea de la novela se ha destruido como se ha destruido la idea de restaurante'. Y se explica: 'Cuando iba con mis padres a un restaurante, todos parecían el mismo'. Además, 'la narración lineal ya no existe ni en los telediarios'. Sin embargo, no es un fanático y le resulta saludable ver en una librería tantas variables de novela.

'No me debo a ninguna fórmula' 

¿Se ve escribiendo la misma novela dentro de 30 años? 'Para nada. Hoy vivimos en un nomadismo estético, en el que cada autor se crea su propia raíz, que intercambia por otra', responde; e insiste con un: 'Etiquetas para el que las necesite'. A veces ese nomadismo se ha entendido como escapismo: 'No escapo de nada, ni estoy encerrado en ninguna parte.Nací libre en literatura, así que no puedo sentir que traicione algo porque no escapo de nada, porque no me debo a ninguna fórmula'.

El autor de Nocilla Lab aclara que lo que él hace no es comprometido con ninguna ideología, pero que lo que hace 'sí es político'. Y lo demuestra cuando se asoma a la Coca-Cola para hablar de la sociedad de consumo. 'Estoy hasta el gorro de tener que defenderme de esto'.

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