Casi siempre fue el malo de la película, pero mirándole a los ojos cuesta de entender. Tiene 92 años, lleva a sus espaldas una rueda de prensa y varias horas atendiendo a los medios, pero no deja de reír. Está en Almería para asistir al homenaje que le rinde el VIII Festival Internacional de Cortometrajes Almeria En Corto. Ernest Borgnine es un viejo conocido en esta tierra.

Además de obras memorables como Doce del Patíbulo (1967) o Veracruz (1954), Borgnine ha trabajado en varias películas rodadas en el desierto de Tabernas, como Patton (1969) o Los Desperados (1970): 'Cuando vine a Almería por primera vez era un pueblo chiquito y ahora es una ciudad', explica. Este actor, que se casó hasta cinco veces, recibió un Óscar tras sólo diez años de carrera por su papel en Marty (1955), aunque él prefiere otras películas como El rey de Poggioreale (1961), rodada en la 'Italia siempre bella'.

A su edad, ya no se calla nada. Explica, por ejemplo, que la película La lluvia del diablo (1975) tuvieron que hacerla entre los actores 'porque el director no paraba de pincharse y estaba siempre drogado'. Por si no fuera poco, añade: 'Y esa película la pagó la Mafia y todavía me debe 25.000 dóllares, aunque no los pienso reclamar'. Pero aún llega más lejos: dice que la película que está rodando con Bruce Willis 'es una porquería'. Y continúa: 'Antes las películas estaban semanas en los cines. Ahora están un fin de semana, hacen dinero y las quitan. El cine de ahora es una porquería, ya no es lo que era'. El principal riesgo, según Borgnine, es que 'el público se acostumbra y no espera nada más. La película es una porquería, pero ellos se ríen igual y los escritores y productores no tienen la necesidad de trabajar mejor'. Su crítica es feroz, pero no pierde su sonrisa al disparar. Y termina: 'El único papel que me hubiera gustado hacer y no he hecho es el de Pancho Villa'.