Público
Público

"El método Stanislavski es una mierda muy grande"

Philippe Gaulier. Clown francés. Fundador de la Ecole Philippe Gaulier en Londres y París

TONI POLO

Seguro de sí mismo. Un hombre con las ideas claras. El clown francés Philippe Gaulier no deja títere con cabeza en La torturadora (Éditions Filmiko), un libro donde, en forma de entrevista irreverente, maleducada y divertida, plasma su concepto de teatro, de clown, de interpretación. Un concepto que poco o nada tiene que ver con los métodos clásicos consagrados. Stanislavski debe estar revolviéndose en su tumba.

¿Qué es un clown?

Es alguien que quiere hacer creer que es muy importante, pero que básicamente es ridículo. Y está contento de serlo, no le da vergüenza. Es maravillosamente ridículo, como Don Quijote.

Entonces es consciente de su ridiculez...

Sus amigos se lo dicen: 'Si yo fuera idiota como tú, sería un payaso'. Entonces ha oído hablar de que quizá sí que sea un idiota. No lo tiene muy claro, pero de todas formas tiene cosas que decir, como todos los idiotas.

¿Qué papel juega el humor?

La vida sin humor no es vida. El humor es la sal: si no lo hay en una obra falta algo.

¿En cualquier género?

En todo. En la vida. En la tragedia también. Si vemos Medea tenemos que decir: ¡Qué bella! Pero también: ¡Qué bella actriz! Como espectador no estoy siempre con el personaje, muchas veces estoy con la actriz.

A eso se refiere cuando dice que es una tontería que se confundan actory personaje

Una grandísima tontería.

Sin embargo, segúnlos métodos clásicos...

Estos métodos clásicos son tan idiotas que sólo hablan de Diderot y del siglo XVIII. ¿Cómo se llamaba este idiota? Stanislavski, un tipo que ha aburrido a los rusos durante tanto tiempo... Ha convertido a los directores de escena en curas, que dicen: tú ahora debes sufrir, llorar como llorabas en el entierro de tu madre, acuérdate de tu madre ¡Esto es terrorismo y es lo que gusta a muchos profesores de teatro! Es una mierda, pero una mierda así de grande.

¿Qué les dice a sus actores?

No entro en sus vidas ni en su desdicha. Que lloren por el placer de emocionar al público. Nunca he trabajado alrededor de una mesa, con el texto encima.

¿Apuesta por improvisar?

El texto está escrito, pero a veces no sabemos cuál es el mejor ritmo y probamos diferentes cosas.

¿Cualquiera puede ser actor?

No. Hay gente que no tiene placer y hay gente muy aburrida. Hay que divertirse enseñando nuestro placer, vendiéndolo. Todos tenemos placer para dar. Y para venderlo, aunque para algunos eso es casi como ser una puta. Son unos aburridos, ¡que se dediquen a... ser farmacéuticos! La cuestión es que estos requisitos limitan mucho el número de gente que puede ser actor.

¿Hay muchos actoresque no lo sean?

Muchísimos. Otros son genios.

El actor tiene que transmitir sensaciones divirtiéndose y divirtiendo al espectador. ¿Se establece un pacto entre ellos?

El pacto es el juego. Quieren jugar y es una manera de divertirse. Si interpreta una tragedia griega transmitirá furia; si interpreta un vodevil hará reír.

Eso es naturalidad, y usted escribe que es importante no ser natural...

Yo abro mi imaginación viendo cómo los actores juegan entre ellos. Si voy a un manicomio y veo una escena trágica, mi imaginación no se divierte. Recibo un shock, me impresiona esa vida verdadera. En teatro, lo disfrutaría, porque es un juego: transmitir placer, no naturalidad.

 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?