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Un gigante de 7 ,5 centímetros

El Museo de Artes Decorativas de París celebra los 35 años de los célebres juguetes con una muestra retrospectiva

GUILLAUME FOURMONT

Todos hemos jugado alguna vez con clicks de Playmobil, aquellos muñecos de apenas ocho centímetros de altura, de plástico, con sus movimientos limitados y sus caras de buenos. Oliver Schaffer es un alemán de 30 años quien, tras tener su primer click con 3, nunca abandonó sus muñecos en cajones y siguió coleccionándolos. Tiene más de 4.000. Todos participan en la exposición Il était une fois Play-mobil (Érase una vez Playmobil) que el Museo de Artes Decorativas de París dedica a los pequeños personajes para su 35 cumpleaños.

'El nacimiento de los clicks, en 1974, revolucionó el sector de los juguetes. Antes sólo había figuras de plomo, era un universo principalmente de chicos', asegura Dorothée Charles, comisaria de la exposición. 'De repente apareció un muñeco articulado que permite entrar en el mundo de las historias, de lo imaginario, algo fundamental para los niños', continúa.

'La creación de los clicks revolucionó el sector de los juguetes'

En la exposición se puede ver todos los universos de los clicks de Playmobil, desde el circo hasta los bomberos, pasando por la granja y la Edad Media. La mayoría vienen de Zirndorf, en Alemania, donde se fabrican los clicks. Los demás son de la colección de Shaffer. Se percibe perfectamente la evolución del muñeco, desde su creación hasta la actualidad. Uno de los primeros personajes es un caballero de color verde con casco de plata y una espada. Sólo están articulados los brazos y las piernas. También existía en rojo, azul, amarillo y blanco. Mientras el cuerpo del muñeco apenas cambió desde entonces, la colección se diversificó rápidamente: en 1976 nació la primera click mujer, en 1981 aparecieron los niños miden 5,5 centímetros de altura y los personajes con el color de piel negra, en 1984 el bebé. 'Reflejan la sociedad y evolucionan según el mundo en el que vivimos', aclara Dorothée Charles. Se multiplicaron los accesorios.

Todo empezó en Alemania en los años setenta, cuando la crisis del petróleo amenazaba la supervivencia de una pequeña empresa de plástico y fabricante de hula hoop, Geobra. El juguete en forma de aro ya no era, además, de moda. La dirección pidió entonces a Hans Beck, carpintero de formación, pensar en qué hacer con todo el plástico almacenado. 'Dibujó una pequeña figura a la que se podría añadir accesorios', explica la comisaria de la exposición.

La empresa que fabrica los clicks, Brandstäter, goza desde entonces de una excelente salud económica. A pesar de todas las revoluciones tecnológicas y la inmensa oferta de juguetes. 'Los clicks son de muy buena calidad y la gente se los pasa de generación en generación', analiza el coleccionista Schaffer. Para Dorothée Charles, la principal ventaja de los clicks es que 'no siguen efectos de moda, crean sus propios universos y no reproducen aventuras de La Guerra de las Galaxias, por ejemplo'. En Francia, el mayor mercado de clicks tras Alemania, la pirámide egipcia de Playmobil fue uno de los juguetes más vendidos de las últimas Navidades.

'Los niños son inteligentes, pueden perfectamente pasar de los viodejuegos al mundo imaginario de los clicks', zanja la comisaria de la exposición. Oliver Schaffer confiesa que 'en realidad, nunca jugué con mis muñecos'. Había instalado un circo Playmobil en el salón de sus padres. En la actualidad, es director de teatro.

Desde su creación en 1974, el click de Playmobil no creció nunca ni cambió de forma: 7,5 centímetros, ni uno más. Lo que sí cambió son los accesorios que se multiplicaron a lo largo de los años. Una de las pocas innovaciones fue en 1982, cuando las manos empezaron a moverse.

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