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De cómo Franco intentó que los nazis ganaran la Guerra

El historiador Ben Macintyre desvela por primera vez los nombres de los altos mandos del dictador español que pasaron información a Hitler

PUBLICO. ES

Aquella mañana de 1943, un pescador de origen portugués descubría el amoratado rostro de un cadáver ataviado con el uniforme propio de los oficiales británicos; flotaba sobre las aguas de la costa de Huelva con un elegante maletín atado a su muñeca.

Como si de un pergamino dentro de una botella se tratara, ese maletín contenía los supuestos planes secretos del Ejército Aliado que dos altos mandos de Franco filtraron al ejército nazi sin saber que el cadáver y los documentos eran en realidad un gancho de la Inteligencia británica para engañar a Hitler. La Operación Mincemeat había comenzado, y la dictadura española mordía el anzuelo intentando con torperza que Hitler ganara la contienda.

Es  lo que sostiene el historiador Ben Macintyre en su nuevo libro, Operation Mincemeat, en el que cita por primera vez a destacados militares del régimen franquista que violaron la supuesta neutralidad española para ayudar a la Alemania hitleriana.

El autor sostiene que los dos hombres que cogieron los documentos del supuesto coronoel William Martin (en realidad un mendigo escocés) fueron el coronel José López Barrón Cerruti -destacado policía secreto franquista- y el teniente coronel Ramón Pardo Suárez, miembro del Alto Estado Mayor español.

Según la tesis del libro, los nazis recibieron también la ayuda del almirante Salvador Moreno, ministro de Marina, y de Francisco Gómez Jordana y Souza, ministro de Exteriores, que ayudaron a verificar los documentos en cuestión. 

Los altos mandos franquistas trataron de ocultar su actuación. Los documentos fueron fotocopiados en la embajada alemana antes de que técnicos españoles los reintrodujeran en los sobres y volvieran a colocarlos en agua de sal durante 24 horas antes de entregar el cadáver a los británicos. 

El historiador Gabriel Cardona, consultado por The Times, cree que la ayuda prestada entonces a los alemanes obedecía a órdenes directas de Franco.

'Estoy seguro de que Franco vio esos documentos. Las gentes como Pardo le veneraban como si fuese un dios. Nada ocurría dentro del estamento militar sin su conocimiento', dijo Cardona.

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