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Los calentones de nuestros antepasados

Barril y Barral recupera textos eróticos inéditos en España

PAULA CORROTO

El interés por el sexo nunca desaparece. Eso es lo que pensaron en la editorial Barril y Barral cuando decidieron poner en marcha la Serie Libertina, una nueva colección que rescata textos escritos entre los siglos XVI y XIX que narran relaciones sadomasoquistas, incestuosas y orgiásticas. Y todas relatadas por una pluma que sabía que estaba transgrediendo todo el orden moral de su tiempo. Y eso siempre es placentero.

'Vimos el vacío editorial del género. Además, hay muchos títulos que nunca se han publicado, pero que son grandes clásicos en países como Francia', cuenta la escritora y directora de la serie, Paula Cifuentes. Son nombres como Mirabeau, que en 1786 escribió La educación de Laura, una historia sobre la relación sexual y sensual entre dos amigas. Con él se inicia una colección que pretende editar cuatro libros al año.

'No hay género porque el sexo ya está en la literatura convencional'

Las pesquisas de Cifuentes se centraron entre los autores del XVIII. Curiosamente, no encontró a ningún español. 'Quizá porque aquí no teníamos el mismo espíritu revolucionario de aquella época', afirma. También le fue difícil hallar alguna mujer. De momento sólo tiene previsto editar las cartas de Madmoiselle Aïssé en las que narra cómo su padre dejó de considerarla una niña para convertirla en su pareja sexual.

El lector encuentra en Internet la mayor cantidad de textos eróticos

Esta serie llega seis años después de la desaparición del premio La Sonrisa Vertical, editado por la colección homónima y que marcó una etapa de esplendor en la literatura erótica. Para algunos escritores como Eduardo Mendicutti el vacío actual del género en las librerías estriba en que 'el erotismo ya está en la literatura convencional, y con una dosis potente'. También reconoce que en aquellos ochenta y noventa 'el erotismo era transgresor, mientras que ahora no lo es. Suponía un riesgo para el escritor'.

En este sentido, Ana Esteban, actual editora de La Sonrisa Vertical la colección de las conocidas tapas rosas continúa, manifiesta que ahora apenas les llegan manuscritos de autores noveles. Hace 20 años, sin embargo, la colección supuso el lanzamiento de autores como Almudena Grandes, Mercedes Abad o José Carlos Somoza.

'Ahora no hay erótica porque la sociedad es más conservadora', señala de forma tajante Luis Antonio de Villena. La escritora Paula Cifuentes no lo ve igual. 'Lo que ocurre es que hemos perdido la frontera y parece que lo que surge tiene la mera intención de llamar la atención. Supongo que esto es porque, aunque hay una libertad sexual evidente, hay aspectos de los que todavía no se habla, como la masturbación femenina'.

Ana Esteban también cree que, aunque no hay un retroceso en la sociedad 'nosotros seguimos vendiendo 2.000 ejemplares de cada libro', la literatura erótica fuerte sigue vadeando por terrenos oscuros. 'Nosotros vendemos sobre todo por Internet', afirma. Y es en la Red donde, precisamente, el lector encuentra en Internet la mayor cantidad de textos eróticos.

El furor del sexo literario en la Web es la clave para que, según Mendicutti, 'las editoriales decidan otra vez apostar por la erótica. A todo el mundo le gusta y, además, facilita la imaginación'. En Barril y Barral lo han tenido en cuenta.

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