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Los monstruos de Vicente Aranda

Sara Brito

La violencia engendra monstruos. Vicente Aranda tuvo en la cabeza esta máxima mientras rodaba primero y montaba después 'Luna caliente', que se estrenará el próximo viernes, dos meses después de que levantara llagas y abucheos en la Seminci de Valladolid. 'Nunca había esperado tanto para estrenar una película', confiesa.

El hombre que adapta novelas como quien se calza un calcetín lo ha vuelto a hacer. Esta vez el texto literario elegido es la novela homónima del argentino Mempo Giardinelli, aunque el director reconozca que quien está de verdad presente en su adaptación es Stevenson. Aranda traslada a la España franquista (la película sucede durante los Procesos de Burgos de 1970) la trama de un joven de familia adinerada que regresa a una pequeña ciudad de provincias para acabar sucumbiendo a la pasión enfermiza por la hija joven de un amigo. 'Esta es la historia de dos monstruos, Mr Hyde y Mrs Hyde, que nacen como resultado no de un brebaje, como le sucedía a Dr Jekyll, sino de un comportamiento violento, una violación, que los conduce a una trasformación desagradable', explica.

He aquí el 'quid' de la polémica escenificada en Valladolid. Además del pataleo que acompañó a los créditos finales durante la proyección de su película, 'una periodista feminista', como la llama Aranda, le reclamó al veterano director explicaciones por la secuencia de la violación satisfactoria, que aparece en la película. 'Está en la novela y a nadie se le había ocurrido escandalizarse antes', se defiende Aranda.

Las alarmas saltaron del todo cuando Aranda hizo unas declaraciones en las que dijo que podía entender a un violador. 'Las cosas se sacaron de contexto, lo que dije fue que podía entender a este personaje en concreto y no a todos los violadores. Me preguntaron con cuál de esos tres aspectos me quedaría del personaje (fumador, asesino o violador) y yo dije que violador', mantiene. Acusado más de una vez de viejoverdismo, ¿Por qué será que Aranda vuelve una y otra vez sobre lo erótico? 'Con el 'Amante bilingüe' quería acabar con el género erótico llevándolo hasta el esperpento, pero se me tomó en serio, así que he continuado', reconoce. 'El sexo es lo que tengo en común con todos los seres humanos', dice.

La otra polémica que trae bajo el brazo 'Luna caliente' es de carácter político. 'En la película muestro algo políticamente incorrecto, que la izquierda estaba durante el franquismo de parte de ETA'. Él mismo participó en el llamado ‘encierro de Montserrat' para protestar por el Proceso de Burgos, juicio sumarísimo en que se acusaba a dieciséis miembros de la banda de asesinar a tres personas. 'Siempre he estado en contra de la pena de muerte donde quiera se aplique y de la manera que sea, por eso me encerré entonces'.

Al trasladar la trama de la novela de Argentina a Burgos, Aranda confiesa haber querido luchar contra la hegemonía del cine americano. 'Acercar los temas a nuestra realidad es la manera de luchar contra las majors', sostiene. Esa es la razón también por la que se ha interesado por llevar a la pantalla la historia de amor entre una mujer, Rosa, y el chino, uno de los terroristas que hicieron estallar el piso de Leganés después del 11M. '¿Cuántas películas has visto del 11S y cuántas del 11M?', se pregunta el cineasta. 'Le presenté el proyecto a un productor y me dijo que eso no interesa', confiesa decepcionado.

Así que Aranda está ahora más centrado en ‘Amarilis', una película sobre el último amor de Lope de Vega y sueña con hacer 'la primera adaptación fiel' del ‘Drácula' de Bram Stoker. 'El mito del vampiro romántico es una invención del cine, para mí ‘Drácula' es una novela sobre el fanatismo encarnado en la figura de Van Helsing', dice. 'También me ronda la idea de adaptar ‘La plaza del Diamante'', de Mercè Rodoreda. A los 83 años, Aranda continúa polémico e incombustible.

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