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Federico Fellini que estás en los sueños

Una muestra recrea el mundo creativo del director italiano

LÍDIA PENELO

La caricatura fue uno de los primeros entretenimientos de Federico Fellini (Rímini, 1920 - Roma, 1993) y algunas de las que realizó en los años treinta se pueden ver en El circo de las ilusiones. La muestra del CaixaForum de Barcelona enseña muchas caras de un cineasta que se acercó a las reglas para sacudirlas. Fellini inventó una manera de contar. Con la fotonovela y el cómic aliñó su faceta de periodista que alargó hasta que se metió en el cine, donde encontró un patio particular para liberar todos sus sueños.

El montaje de la muestra ofrece un recorrido lleno de pistas para penetrar en el imaginario de este director. Sin orden cronológico ni filmográfico, las 400 piezas entre fotografías, dibujos, revistas y extractos de películas están organizadas por los temas que inspiraron al cineasta.

La muestra incluye material inédito como fotos en color de La dolce vita

Los cuatro ejes de la exposición son su relación con la cultura popular, Fellini delante y detrás de la cámara, las mujeres y la invención biográfica. 'El objetivo es entender de dónde sacó la inspiración para crear un mundo tan extravagante', afirma Sam Stourdzé, el comisario de la muestra que tras haber trabajado cuatro años con más de 25.000 imágenes y documentos diversos está satisfecho de haber conseguido material inédito.

El circo de las ilusiones muestra por primera vez fotografías en color del rodaje de La dolce vita y Ocho 1/2. Muchas de las imágenes son de Paul Ronald, que, aunque la producción le recomendó disparar en blanco y negro para reducir costes, utilizó película de color. Así que el visitante puede recrearse mirando el no beso entre Anita Ekberg y Marcello Mastroianni en la Fontana de Trevi a todo color.

El comisario quería reconstruir el laboratorio visual del director de cine

La idea del comisario era construir una especie de laboratorio visual en el que los sueños y los recuerdos infantiles dan cuerda a una poética íntima y particular. Esos sueños son las raíces que generaron las imágenes y que dan vida a las películas de un hombre cuyo apellido se ha convertido en un adjetivo para calificar algo extravagante. 'Todos pensamos en Fellini como una burbuja imaginaria, pero se inspiraba en la realidad', recordó Stourdzé pensando en las mujeres, las prostitutas y los obispos, figuras que obsesionaron hasta el final al padre del cine moderno y de la palabra paparazzi. Fellini llamó Paparazzo a su fotógrafo de La dolce vita, precisamente para reflejar lo que ocurría en aquella Roma, conocida como el Hollywood del río Tiber, donde los actores famosos empezaban a ser perseguidos por los fotógrafos.

Desde el mundo del cómic hasta el circo, pasando por su visión de la religión, el poder o los medios de comunicación, el cineasta se inspiraba en lo que le rodeaba y en sus recuerdos. Las conexiones del director con la realidad son infinitas y ahora que La dolce vita cumple 50 años, la exposición desvela cómo el striptease de la cinta se inspiró en el que dos años antes protagonizó una actriz poco conocida en un bar del Trastevere romano.

Fellini vivió al margen de las tendencias de su época y fue fiel a una fantasía desbordante. Uno de los asistentes del director, Gerald Morin, estuvo presente en la presentación de la exposición y recordó que, a pesar de la gran cantidad de recuerdos que se exhiben, él 'no coleccionaba nada'. Morin también explicó que nunca grababa el sonido de la música en directo, que en la muestra se puede escuchar a través de numerosas pantallas que reproducen fragmentos de sus películas. En una de ellas se ven escenas de Luces de variedades, su ópera prima en la que ya manifestó su interés por el circo.

En el último ámbito de la exposición el visitante puede recorrer los recuerdos infantiles y los sueños más repetidos en sus producciones. Aunque una de las curiosidades del montaje son las fotografías que Fellini recibía de personas anónimas que deseaban convertirse en figurantes. Sobre todo son mujeres las que intentaron formar parte de la gran familia femenina creada por el cineasta. Son muchas las que soñaron con compartir protagonismo con la Saraghina de Ocho y 1/2 o con la Volpina de Amarcord.

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