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El castellano reacciona en la red

El V Congreso Internacional de la Lengua Española, que se celebrará entre el 2 y el 5 de marzo en Valparaíso, abordará las obstáculos del idioma en Internet. Acudirán las 22 academias que cuidan del espa&ntilde

PAULA CORROTO

La comunidad de hispanohablantes suma ya a 450 millones de personas en todo el mundo. El talón de aquiles está en Internet y los soportes digitales donde el castellano continúa muy por detrás del inglés. Una muestra: los usuarios en español de la red social Twitter sólo suponen un 4% del total, por debajo de los japoneses que llegan al 14%. Otro dato: los libros electrónicos en castellano supusieron en 2009 un 1,33% del volumen de negocio total de la industria del libro. En inglés supera el 10%. El déficit es evidente.

El V Congreso Internacional de la Lengua, que se celebrará entre el 2 y el 5 de marzo en la ciudad chilena de Valparaíso y que reunirá a las 22 academias que cuidan del castellano, pondrá este reto del idioma sobre la mesa. Será la primera vez que se aborde de forma compacta y no con conferencias aisladas el desafío digital desde que se inauguró este tipo de foros con el congreso de Zacatecas (México), de 1997. 'En los últimos quince años ha habido un crecimiento espectacular del uso de Internet y una lengua como el español tiene que ser sensible a este tipo de transformaciones, ya que, desde luego, no estamos en el lugar que nos corresponde y donde deberíamos estar', justifica a Público el portavoz de la Real Academia Española, Darío Villanueva.

Al igual que la II Guerra Mundial, el inglés ganó en el ciberespacio

¿Y por qué no ha alcanzado el castellano la relevancia necesaria en el ámbito tecnológico? ¿Cuáles son los obstáculos? Villanueva compara la situación con el final de la II Guerra Mundial: 'El inglés ganó esta contienda y años después hizo lo mismo con el ciberespacio'. También alude a 'la situación socioeconómica que acompaña a los hablantes de un idioma. El español está muy extendido, pero las condiciones subjetivas no son las mismas en todos los países'. A pesar de que la brecha digital se cura, los ordenadores todavía no llegan a todas partes. Y la mayoría de las empresas de tecnología continúan surgiendo en el mundo anglosajón.

El pasado mes de mayo, el informe La calidad del español en la red, de la Fundación Telefónica, apuntaba a otro badén para este idioma: el propio soporte tecnológico. Según este estudio 'el español en Internet está condicionado por la realidad física de la pantalla'. En este sentido, el investigador José Romera Castilla, que impartirá en el congreso la conferencia Creación e investigación literaria en la red, señala que existen muchas diferencias entre la escritura en digital y la caligráfica. 'A mano, los castellanohablantes utilizamos muchas más subordinadas que en ordenador. En la pantalla digital, el idioma se vuelve mucho más sintético. Por eso, tiene que haber una adecuación a lo digital', sostiene.

Son necesarias nuevas reglas que homologuenlos neologismos

Estas trabas no son óbice para que la mirada hacia la conquista de la red por parte del castellano sea optimista. El escritor y director del Instituto Cervantes en Alburquerque (EEUU), Vicente Luis Mora, participante en el congreso, sostiene que la adaptación del idioma a la red se está produciendo 'maravillosamente'. 'Hay una enorme y creciente comunicación en lo que antes eran las dos orillas del idioma , que ahora es una sola y gigantesca playa ciberespacial en castellano'.

Hay datos que apoyan esta visión. Un estudio de la Colección Encuentros de 2005, titulado Internet y la sociedad de la Información es el último disponible sobre cifras cuantitativas, sostenía que entre 1999 y 2004, la presencia del castellano en la red creció un 683%. En cinco años, de 9,6 millones de internautas se pasó a 65,6 millones. Y el crecimiento es exponencial.

¿Cómo conseguir que el castellano se asiente en la red? ¿Y cómo vadear la posible contaminación de términos anglosajones sin empobrecer el idioma?

Aparte de la necesaria inversión económica en tecnologías, los académicos y expertos señalan que hay que ir con tiento, pero sin miedo a esa contaminación. 'Los idiomas son organismos vivos y mestizos, y el purismo no tiene ningún sentido. Además, muchas veces, esta avalancha de términos ingleses tiene una vida limitada. ¿Quién se acuerda ya de la palabra módem?Ha caído en desuso porque existen otro tipo de conexiones', manifiesta el académico Villanueva.

Con respecto a la posible creación de un diccionario de términos tecnológicos que afianzara la lengua española, el académico destaca que 'ya hay una voluntad en los glosarios de los libros de informática'. Aún así entiende que sería un trabajo muy arduo. 'Hay que diferenciar, ya que una cosa es una palabra como roaming, que es difícilmente asimilable en castellano y otra como e-book, que podemos traducirlo como portalibro', explica. Villanueva prefiere este último término a libro electrónico: 'El lenguaje siempre se ha guiado por la economía'.

Desde la Academia de Uruguay, Juan Grompone propondrá en el congreso nuevas reglas para incorporar los neologismos. 'Así podremos decidir si se dice teclear o digitar para manejar un teclado, o pinchar, cliquear o picar para oprimir un botón de comando', comenta.

La finalidad es que el español halle su sitio en la red. El lugar que, como comunidad, le corresponde.

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