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Tabucchi se pone de puntillas para ver mejor

El italiano vuelve al cuento y se lamenta por su país

LÍDIA PENELO

La nostalgia es el aliño que adereza los cuentos de El tiempo envejece deprisa (Anagrama, Edicions 62), el último libro de Antonio Tabucchi (Vecchiano, 1943). 'Entendemos la nostalgia como el deseo de algo hermoso que hemos perdido, pero no siempre es así. Uno de los personajes siente nostalgia por el muro de Berlín. Otro, un viejo judío rumano que está en un asilo de Israel, siente nostalgia de Bucarest. La nostalgia es un sentimiento complejo, es el contenedor de un vacío que cada uno llena como puede', argumentó el autor de Sostiene Pereira ayer en Barcelona.

Con este volumen, Tabucchidemuestra que continúa disfrutando con el cuento y que el tiempo es un tema que no ha dejado de fascinarle. Esta vez, ofrece nueve historias, un número buscado para rendir homenaje a J. D. Salinger. 'Sus Nine stories son el libro de cuentos más bello del siglo XX', explicó en un español teñido de italiano y portugués.

El tiempo envejece deprisa está conectado con la época actual, que es como 'una quinta estación, que probablemente no tiene nada que ver con las cuatro clásicas: primavera, verano, otoño e invierno'.

A su juicio, es difícil calibrar la temperatura y el rumbo del presente, por lo que Tabucchi fabula a su antojo con el pasado y el futuro.

La mitad de los relatos del libro se desarrollan en Hungría, Polonia y Rumanía

La mitad de los relatos del libro se desarrollan en Hungría, Polonia y Rumanía. 'Me he centrado en una Europa que estuvo en el congelador hasta la caída del Muro de Berlín; en unos países que, cuando se reincorporaron a Europa volvieron con otro calendario, con un tempo distinto', comentó un escritor obsesionado con la idea de no repetirse.

A su juicio, la literatura es un termómetro que capta señales pero no analiza los indicios. Con esa idea conecta la fotografía de Philippe Rametteque ilustra la cubierta del libro, una versión moderna del cuadro Viajero ante un mar de niebla de Friedrich: 'El heroísmo inútil, así titularía esa imagen. Hacer literatura es ponerse de puntillas para intentar ver un poquito más allá'.

Interesado en la composición de los cuadros de Arcimboldo, en los que la figura principal se capta tomando distancia, el escritor italiano reveló que ha cocinado estos nueve cuentos 'con una mirada mediterránea y sin verduras exóticas'. Terminada la lectura, el lector percibe que las figuras singulares creadas por el autor son el reflejo de esa 'quinta estación' que tanto recelo le despierta.

Invitado por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona para cerrar el ciclo de conferencias Pensar el futuro, que abrió Orhan Pamuk en enero, Antonio Tabucchi, a pesar de ser un europeísta convencido, mostró su de-silusión 'al ver que los ideales de los padres fundadores de Europa se han arrinconado. Hoy, a los dirigentes sólo les interesa el libro de las cuentas'. Crítico con la situación actual, lamenta la 'hostilidad contra los planes económicos de Obama. 'Aquí los bancos no se tocan, no se investigan', añadió.

Otra cuestión que le preo-cupa es la simplificación de los discursos. 'Italia es un país en el que la palabra intelectual es casi un insulto, los políticos hablan pero apenas piensan. Vivimos un momento de populismo, en el que la ideología y la educación se transmiten a través de la televisión', sentenció.

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