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"La escribí movida por una pulsión paranoica"

Pola Olaixarac presenta en España su primera novela ‘Las teorías salvajes', un libro que funde filosofía y literatura

LÍDIA PENELO

Filosofía y literatura se enredan en Las Teorías Salvajes, la primera novela de Pola Oloixarac (Buenos Aires, 1977). Un libro recién editado por Alpha Decay en España y que debutó en el sello argentino Entriopía a finales de 2008. En el país de Borges y de Cortázar la irrupción de Olaixarac en el panorama literario ha sido recibida como una revelación. 'Sí, una revelación diabólica' añadió la autora que estudió filosofía y escribe sobre arte y tecnología para diversos medios de comunicación.

Muchos ya la llaman la prima argentina de la generación Nocilla, pero ella, ante las etiquetas y parentescos, sonríe evitando los ojos de su interlocutor. Dividida en tres partes y dos tiempos narrativos, las páginas de Las teorías salvajes son atrevidas y enmarañadas. En ellas construye un friso de los jóvenes del siglo XXI pero también reconstruye los códigos de socialización de los años 70, 80 y 90. 'Planifiqué así la estructura porque me parecía la manera más atractiva, el cambio de escenario entre Buenos Aires y África permite lavar los ojos y evita la sobredosis'.

Dice que buscaba dar voz a las sociedades primitivas frente a las bases del nuevo mundo. La autora empezó a escribir el libro en 2005, tardó tres años en terminarlo y el proceso de escritura lo vivió con angustia y placer. 'Me encerré y la escribí movida por una pulsión paranoica, buscaba un sistema interior de espejos para fundir literatura y filosofía'.

Sexo, intimidades heridas y decepciones políticas son algunos de los ingredientes de este experimento literario en el que las nuevas tecnologías están muy presentes. 'En el libro doy instrucciones para hackear Google Earth, porque me interesaba mostrar cómo nos relacionamos con las nuevas tecnologías, buscaba tratarlas como un lenguaje nuevo. La tecnología forma parte de nuestra vida psicológica y la atraviesa de un modo viral', argumentó.

Sexo, intimidades heridas y decepciones políticas son los ingredientes de este experimento literario

Pola Olaixarac no quiere cargar con la responsabilidad de 'definir el genoma argentino' como le sugieren algunos compatriotas. 'Venero mucho la tradición literaria argentina, es tan luminosa. Borges y Cortázar son unos fantasmas perfectos. Al escribir no quería sentirlos como una carga y me acerqué a ellos con amor', cuenta después de haber volcado en la novela una revisión crítica de las izquierdas revolucionarias en Argentina. 'Las personas que luchaban contra el estado ahora forman parte de la democracia', apuntó antes de recordar que mientras escribía Las teorías dedicó mucho tiempo a documentarse en hemerotecas. 'Hice arqueología a lo bruto, para encontrar lo que queda fuera de los discursos oficiales de la política', comentó.

La violencia es uno de los compases que la escritora ofrece al lector para seguir el ritmo de la novela. 'Tenemos tan asumida la violencia que ya es algo inherente en nosotros, por eso quería que la guerra atravesara la novela y funcionara como un tratado. Competencias al más ínfimo nivel. La guerra es parte de lo civilizado. Quería investigar porque hay una racionalidad que da por sentada la guerra y qué dice eso de nosotros como personas', explicó una autora que según Ricardo Piglia 'es el gran acontecimiento de la nueva narrativa argentina'.

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