Público
Público

Cómo escribir para adultos con los ojos de un niño

La escritora Hannah Tinti publica 'El buen ladrón', una novela con tintes cercanos a Tim Burton y Dickens

ISABEL PIQUER

Todo empezó con una historia de ladrones de tumbas, de buscadores de cadáveres, lo que en el siglo XIX en Nueva Inglaterra llamaban, no sin ironía, resurrection men. 'Un amigo me dio un libro de inglés antiguo y vi esas palabras. Enseguida imaginé una escena en un cementerio y vi a un niño y me di cuenta de que el libro sería sobre ese niño', destaca Hannah Tinti, que acaba de publicar su primera novela, El buen ladrón(Anagrama).

El niño al que describe es Ren, el protagonista del relato. La escritora estadounidense describe en su oficina de Broo-klyn, un loft de cubículos que comparte con otros creativos, la génesis de una obra que, tras su publicación en EEUU hace dos años, obtuvo varios premios (Alex Award de la American Library Association y el John Sargent Sr. First Novel Prize) y las alabanzas unánimes de la crítica.

'Ahora hay que estar en Twitter o Facebook para promover tu obra'

Ren, huérfano y manco, es adoptado por un pícaro que se hace pasar por su hermano Benjamin Nab, que le iniciará en el dudoso oficio de desenterrador y le llevará a buscar su misterioso pasado. Tras encontrar la escena del cementerio, recuerda Tinti, 'tenía que encontrar la forma de llegar hasta ahí. Así que escribí primero la parte central del libro, luego el principio y después el final. Cuando terminé esa primera escena fue como si las nubes se despejaran y empezara a lucir el sol'. Ella describe esta revelación como una epifanía en la que pudo visualizar el libro. Además, destaca que no dudó ni por un instante que encontraría un público adecuado y que el libro se vendería bien.

Otros autores matarían por tanta premonición. Aún así, Tinti, que ya había publicado relatos cortos, tardó seis años en escribir esta novela. 'Espero que me vuelva a pasar. Nunca sentí tanta seguridad. Ahora estoy escribiendo otra cosa, aunque no he vuelto a encontrar esa sensación, fue algo intuitivo', dice.

Alumna de otros dos grandes novelistas como A.M Homes y E.L Doctorow, Tinti se lo toma con la distancia de una profesional, porque no sólo escribe, también enseña a escribir y sabe que una cosa es la técnica narrativa y otra muy distinta el inexplicable proceso creativo. 'Está bien confiar en la intuición, pero hay que usar lo que llamo trucos. Escribir una novela es muy distinto de una historia corta donde cada frase debe significar algo, como en poesía. Aquí luchas por mantener la línea narrativa', opina.

Tinti es alumna de grandes novelistas como A.M Homes y E.L Doctorow

Aparte de la intuición y de sus trucos para la escritura, otro aspecto de su vida que le ha ayudado es que fue editora en el Atlantic Monthly y en el Boston Review. Después, dio el salto a una agencia literaria en Nueva York, en la que trabajó durante cuatro años. 'Mi labor consistía en ayudar a los escritores a pulir sus manuscritos para las editoras, así que conozco el aspecto técnico de cómo mejorar la escritura', destaca la escritora.

Tinti, por otra parte, resalta en los orígenes de su gusto por lo oscuro y lo macabro el hecho de ser católica en un país de mayoría protestante: 'Me eduqué en un colegio de monjas. Ahí te enseñan la religión de forma bastante intensa, quizás más intensa que en un país católico. Fue un elemento de magia que influyó mucho en mí'.

La religión fue trascendental para que después se dedicara a la escritura. Sin embargo, su familia también ocupa un lugar determinante. Según explica, su abuelo nació en Italia y su abuela en Irlanda. Ambos llegaron a EEUU sólo con 16 años y tuvieron que enfrentarse a la discriminación por ser inmigrantes. 'En Massachusetts quemaron varios conventos en el siglo XIX, son historias de enfrentamiento y persecución y son a las que me refiero en el libro', subraya.

Cuando no se dedica a promocionar su libro o escribir su segunda novela, publica una revista literaria, One Story, que ha tenido mucho éxito y por la que el año pasado recibió un Pen/Hemingway Award por su labor de edición. 'Quisimos resolver los problemas que tienen el resto de las revistas literarias. Son caras de publicar, son enormes y al final sólo lees una historia', destaca. Lanzado en 2002, One Story publica, como su nombre indica en inglés, una historia corta cada tres semanas. Según afirma Tinti, la publicación se distribuye a unos 10.000 suscriptores y es sin ánimo de lucro.

Para ella, en el siglo XXI, un escritor debe saber moverse para poder encontrar su sitio: 'El mundo editorial siempre lleva unos diez años de retraso, porque es lento a la hora de adaptarse a las nuevas tecnologías. Ahora hay que ser mucho más hábil. Tienes que crearte un personaje, estar en Twitter, en Facebook'.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?