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"La escatología es el último tabú"

Escritor. Mientras se entrena para firmar ejemplares, el autor de 'El asombroso viaje de Pomponio Flato' (Seix Barral) asegura que lo que permanece es el humor inteligente

PEIO H. RIAÑO

Por supuesto, hoy firmará libros aunque piense que el Día del Libro no es un día para los escritores. No puedes hacer nada contra Las recetas de Adrià o La vida de Me-ssi. Eduardo Mendoza es el típico serio que se ríe por lo más inesperado. Asegura que el humor va por barrios y que el suyo es muy catalán, porque es de lo más socarrón, y que su humor se parece más al de Woody Allen o los Monty Python que al de un andaluz o un madrileño. Quizá al gallego, sí. Y sin embargo, se parte con las películas del director japonés Yasujiro Ozu

Usted insiste, pero ¿está el humor de capa caída en la literatura?

Cuanto más me preguntan esto, menos respuestas claras tengo. El humor forma parte de la literatura. No es el humor y la literatura. Yo no inyecto a mis novelas humor como un ingrediente más para darle otro sabor. No es un añadido. El humor está en el origen de la literatura, ya en Grecia y Roma.

¿Qué caduca antes, el humor o la tragedia?

Lo que queda de la literatura, con el paso de los siglos, es el humor. Ahí está Don Quijote. Las tragedias se van haciendo añejas, mientras que el humor permanece. Es cierto que tiene una vertiente que halaga los bajos instintos, que hace que el humor esté siempre bajo sospecha.

¿Por qué no se considera que el humor como género es muy serio?

Hay un problema con el humor: se resiste al análisis académico. Una tesis sobre una obra de humor es ridícula. No hay que olvidar que la tragedia llega más hondo. El humor tiende a la superficialidad. Y cuenta con algún elemento negativo, como quitar importancia a cosas que la tienen, convertir en banal todo lo que importa.

Aun así, usted le da la vuelta a la realidad y hace de ella algo carnavalesco. ¿No le parece que desmontar la hipocresía es algo muy serio y muy crítico?

'El ritmo es la clave; no hay nada peor que un chiste mal contado'

El humor siempre tiene un elemento crítico porque ridiculiza muchos pilares de la sociedad. Pero infantiliza cosas que hay que tomarse en serio, porque bajo la careta del humor todo cabe. ¿Pero por qué nos planteamos estas preguntas, quién ha dicho que la literatura deba ser crítica?

Habla del humor inteligente, pero a usted también le gusta mucho la escatología infantil.

El humor tiene un punto infantil, no en el sentido de simple, sino como algo desinhibido y curioso. La escatología es el último tabú. En los programas de televisión aparecen las injurias, los insultos, las bajezas, pero a la escatología nadie se atreve a tocarla porque nos pone en evidencia. Hay que usarla con un cuidado exquisito, porque el exceso es fatal. Las dosis deben ser muy cuidadas.

¿Cómo es posible que Sin noticias de Gurb haya cruzado fronteras con un contexto tan concreto de Barcelona?

Gurb tiene serios problemas de traducción y la mitad de la novela no se entiende. Es casi poesía hermética. Pero sí se ha traducido bastante porque en Europa no abunda la literatura de humor inteligente. El humor se ha dejado en manos de la zafiedad. El humor zafio es un humor visto desde fuera, para burlarse del otro. El actor se disfraza para ridiculizar al otro; el humor inteligente se mira a sí mismo y se ríe de él. Es humor en primera persona, no en tercera.

Eso confirma que con el humor se llega más lejos. De hecho, ¿cómo puede hacernos gracia un filme como Buenos días (1959), de Yasujiro Ozu?

Hay muchas diferencias entre nosotros los humanos, pero también muchas cosas en común. Si algo caracteriza a la cultura oriental es que el humor es muy escaso y el de Ozu es un humor muy comprensible. Es uno de mis directores favoritos porque tiene el mismo sentido del humor que yo. Repito: lo que queda, al final, es el humor. ¿De la historia del cine qué prefieres ver El nacimiento de una nación o El maquinista de la General? Pues eso. Podría estar viendo todos los días La quimera del oro. Pero en su momento a nadie se le ocurrió defenderlo, claro.

¿Y qué me dice de los nacionalismos: qué diferencias hay entre el humor español, o el inglés? ¿Cuál es peor, el humor costumbrista español o el inglés?

Aborrezco el costumbrismo, ya sea español o inglés. No soporto ni las películas de taxistas de Pepe Isbert y Leblanc, ni las del inglés con gorra bebiendo en el pub. Los ingleses han cultivado mucho mejor el humor inteligente, aunque también hay casos extraordinarios en nuestra tradición como el de Valle-Inclán. Yo tengo humor catalán, que es como el de los fenicios, por eso tenemos tanto cariño a Woody Allen. Es ese tipo de humor socarrón, autorreferente, como el de Mercè Rodoreda. Parecido al gallego, pero totalmente distinto al andaluz y al madrileño. El humor va por barrios.

'La risa es inevitable por nuestra incapacidad de saberlo todo'

¿Qué es lo que más le gusta de los Monty Python?

Monty Phyton es otro de los faros de mi vida. Los descubrí mientras vivía en Nueva York, en un programa de televisión que venía después del telediario. Nadie como ellos ha entendido el humor aplicado a la tele. Son el paradigma del humor culto.

No puede negar las relaciones entre Pomponio y Brian

Desde luego, entre Pomponio y Brian hay conexiones. Cuando empecé a escribir El asombroso viaje de Pomponio Flato no pensé en La vida de Brian, porque de Monty Python no me gustan tanto sus películas como sus sketches. Pero llegué a su misma conclusión: ¿por qué no coger por los cuernos el Gran Relato?

¿Usted se ríe cuando escribe?

Me río poco [risas]. Yo sé lo que me cuesta hacer reír. Pero a veces sí, se me ocurre algo disparatado y me da la risa. Luego, ya lo trabajo, lo limpio, lo pulo, orfebrería. El ritmo es la clave. No hay nada peor que un chiste mal contado. Y hay que dejar las cosas sueltas, para que las termine la imaginación del lector.

¿Se ha preguntado alguna vez para qué sirve la risa?

La risa no es importante para nada, yo qué sé [risas] no sé si tendría mucho interés vivir sin risa. La pregunta no es tan tonta como parece: no se sabe, y es una gran discusión de la historia, si Jesucristo se rió alguna vez o no. Hay quien dice que no lo hizo nunca porque como lo sabía todo, nada le hacía gracia. Mientras sus apóstoles se contaban chistes, él estaba ahí, con cara de palo La risa es inevitable por nuestra incapacidad de saberlo todo.

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