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La ultraderecha incendia Cannes antes de empezar

Un filme argelino sobre el colonialismo francés provoca una polémica política

ANDRÉS PÉREZ

Una de esas polémicas político-intelectuales habituales de la vida cultural francesa estalló esta semana a propósito de la película Fuera de la ley (Hors la loi), del realizador parisino de origen argelino Rachid Bouchareb, que competirá por la Palma de Oro del Festival de Cannes, que arranca el miércoles. La cinta evoca la matanza de miles de civiles argelinos a manos del Ejército francés en Sétif en 1945. Algo que no es del gusto de la derecha sarkozyana, amiga de revisar la historia y negar los excesos del colonialismo.

Una de las últimas obras de Bouchareb, Indigènes (2006), fue celebrada por la honestidad de su retrato de los 130.000 africanos, magrebíes en su mayoría, que participaron en las operaciones de Liberación de Francia del yugo nazi. Aquella película gustó a la Francia bienpensante, de derechas o de izquierdas, porque tocaba un tema de consenso. A todos les gusta imaginarse el pasado contra los nazis como si hubiera sido cosa de todos, e incluir a los africanos no era más que ampliar esa base idílica de entendimiento mutuo.

Fuera de la ley', de Rachid Bouchareb, repasa la matanza de Sétif

Harina de otro costal es lo que cuenta su nueva obra: las peripecias de tres hermanos que sobreviven a los bombardeos del Ejército francés en Sétif que, según las diferentes fuentes, se cobraron la vida de entre 8.000 y 45.000 civiles. Luego, marcados por la dolorosa experiencia, los hermanos participan en las operaciones clandestinas y sangrientas de la guerra de independencia en suelo francés.

Demasiado para al diputado sarkozysta Lionel Luca, elegido por la región de Cannes y portavoz de lo más rancio de la comunidad pied-noir (pies negros, los franceses que tuvieron que ser repatriados tras la independencia de Argelia en 1962). Pese a que reconoce que no ha visto la película, Luca acusa a Bouchareb de 'falsificación', 'negacionismo' y de hacer un filme 'anti-francés'.

Si la cosa quedara en un simple calentón de un diputado, que ya se distinguió en el pasado por pedir el restablecimiento de la pena de muerte y por un proyecto de ley que 'valoraba los aspectos positivos de la colonización', no habría polémica. Pero el individuo fue a más. Solicitó a la Secretaría de Estado de ex Combatientes, es decir al Gobierno, un dictamen. Vía el Servicio Histórico del Ministerio de Defensa. Y, colmo del horror, el Ejército, pese a que sigue sin desclasificar numerosos documentos sobre Sétif, se permitió concluir que el filme contiene 'errores y anacronismos'. En la Francia de Sarkozy, pues, el Ejército tiene derecho a decidir si una película es anacrónica o no.

Defensa critica la obra y la extrema derecha anuncia acciones de protesta

Frente a esa agresión, se produjo un fenómeno típicamente francés. Un amplio elenco de intelectuales publicó en Le Monde una carta de apoyo a Bouchareb. La realizadora Yasmina Adi, el escritor Didier Daeninckx y el historiador Gérard Noiriel, entre otros, denuncian la 'campaña' contra el filme como un 'síntoma del regreso virulento de la buena conciencia colonial', 'con complicidad de los gobernantes'.

Luca ha anunciado su intención de perturbar las proyecciones de la película en Cannes. El hombre es modosito, y sus seguidores suelen ser apacibles viejos fascistas de confortable jubilación en la Costa Azul. Pero varios grupos violentos de extrema derecha también amenazan con montar jaleo durante el festival. El filme, presentado bajo pabellón argelino, puede sacudir una ciudad donde vive más de un seguidor ultra de los pies negros.

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