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Vida y milagros de Nicolae Ceaucescu

C.P.

¡Cómo está la alfombra roja, amigos! Ladies and gentlemen, con ustedes, el camarada Nicolae Ceaucescu. ¡Cuádrense! El cineasta rumano Andrei Ujica presentó ayer en la sección oficial, aunque fuera de competición, Autobiografía de Nicolae Ceaucescu. Un documental sobre el político comunista que gobernó Rumanía con mano de hierro desde 1965 hasta su ejecución en 1989.

La estrategia de Ujica es tan simple como vanguardista, aunque a los fans de Basilio Martín Patino, autor de Canciones para después de una guerra, les resultará familiar: hacer una película recurriendo sólo a imágenes de archivo. Sin narrador, sin recreaciones históricas y sin entrevistas. Lo que no quiere decir, por supuesto, que no haya narrativa o intencionalidad política. Solo que aquí las herramientas para contar la historia se llaman selección y montaje.

El filme arranca por el final, con el clásico vídeo casero (una especie de YouTube antes de YouTube) del pseudo juicio militar a Ceaucescu y a su esposa.

Lo que sigue es una sucesión cronológica de las imágenes más importantes del reinado del líder socialista. Desde las votaciones a la búlgara en el Comité Central, a las inauguraciones, pasando por los mítines o las paradas militares. Toda una batería de imágenes propagandísticas oficiales que en manos de Ujica se convierten en otra cosa.

Vale, recomendar a estas alturas del festival un filme de 180 minutos con imágenes del NO-DO socialista rumano puede sonar a astracanada, pero es que Autobiografía de Nicolae Ceaucescu es una película sensacional. O cómo convertir una hagiografía en una antológica lección de historia.

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