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El cine español no se libra del recorte presupuestario

Las ayudas a la taquilla se rebajan de 800.000 euros a 400.000. Los productores asumen el tijeretazo por la crisis

SARA BRITO

En plena gira por Estados Unidos de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, y a pocos días de que se resuelvan las ayudas al cine de este año, el director general del Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), Ignasi Guardans, envió a los distintos sectores del cine español el proyecto que planea modificar la Orden Ministerial de la Ley del Cine. La misma que ha tenido a la industria enfrentada durante el último año y que llegó a estar bloqueada en Bruselas.

Los rumores que se oían entre los productores desde hace meses se han confirmado. El ICAA ejecutará un recorte en las subvenciones, que hará que las ayudas que reciben las películas en función de su recaudación en taquilla (las llamadas ayudas de amortización) se rebajen un 50%. Es decir, el tope máximo de ayudas por ese concepto bajará de 800.000 a 400.000 euros, lo que hace que el máximo que pueda recibir una película después de ser estrenada sea de 1.500.000 euros. El ahorro responde 'al contexto de austeridad presupuestaria' que está viviendo el país, según señala el proyecto.

Ignasi Guardans aclaró que el tijeretazo afectará, sobre todo, a las películas 'supertaquilleras'. El director del ICAA hizo hincapié en que no se trata de un recorte indiscriminado de las ayudas, ya que sólo afecta a las que más dinero consigan en taquilla, algo que confirmó el presidente de la patronal de los productores (Fapae), Pedro Pérez. 'No vamos a protestar, nos parece correcto. Sería irresponsable e insolidario pedir que no se toque el sistema de subvenciones al cine con las inclemencias económicas por las que está pasando el país', aseguró. 'Pero es un hecho que el cine debe buscar nuevas vías para financiarse', añadió.

El director del ICAA dice que el recorte sólo afecta al cine más taquillero

La otra modificación que señala el proyecto responde a un mandato de la Comisión Europea a Cultura, realizado después de que el grupo de oposición al texto legislativo, Cineastas contra la Orden, denunciara ante Bruselas que se vulneraba la diversidad cultural con el nuevo sistema de ayudas.

A partir de ahora, las películas que quieran optar a la ayuda automática (la que se da una vez los filmes han sido estrenados) deberán tener un certificado de obra cultural, que otorgará una comisión. Todas excepto las películas que ya hayan recibido una ayuda durante su preproducción (las llamadas ayudas a proyecto), que aprueba un comité del ICAA. 'Esto se hace para que nadie le achaque a la orden que responde sólo a criterios industriales', matizó Pedro Pérez. 'Es una formalidad', insistió, aunque la certificación deberá aprobarse por una comisión cuya composición se desconoce. 'Es el conocido test cultural que han ido incorporando los países de la Unión', señala el documento.

El proyecto se someterá ahora a un periodo de consultas con los sectores, que podría durar unas semanas, aunque el Ministerio de Cultura pretende agilizar el trámite para que los productores que lo deseen puedan empezar a acogerse al nuevo sistema de ayudas a partir del 1 de julio.

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