A Guillermo del Toro le ha durado poco el disgusto de su renuncia a El Hobbit. El director mexicano se ha presentado en la Comic Con de San Diego con la cartera llena de proyectos y, como si una de sus películas de terror se tratase, ha dado un giro al guión de la feria, anunciando que prepara una versión de Frankenstein y una película de animación sobre Pinocho, además de confirmar una alianza con Disney para llevar a la gran pantalla La mansión encantada y distribuir su última producción, Don't be Afraid of the Dark.

La simple aparición de Del Toro en escena bastó para firmar las paces con la legión de seguidores del cine fantástico, que le esperaban para pedirle explicaciones sobre el abandono de la Tierra Media. 'La decisión me partió el corazón', confesó el realizador, quien reconoció que 'como fan pido a Dios que Peter Jackson tome su relevo porque son dos películas que deben terminarse y que el mundo necesita ver'.

Tras la decepción, el director de El laberinto del Fauno ha preferido pasar página y centrarse en sus nuevos proyectos, como la adaptación cinematográfica de La mansión encantada, una de las atracciones más populares de los parques temáticos de la Disney, que lleva en funcionamiento desde 1969. 'Me siento muy feliz de poder adaptar algo que imaginó Walt Disney y que considero la propiedad inmobiliaria más apetecible del mundo', afirmó Del Toro ante más de 6.500 seguidores, a los que recordó que 'los personajes oscuros han sido una parte muy importante del legado de Walt Disney'.

El realizador mexicano también presentó al público su última producción, Don't be Afraid of the Dark. La película dirigida por el debutante Troy Nexey cuenta la historia de una niña (Bailee Madison) que se va a vivir con su padre (Guy Pearce) y la novia de éste (Katie Holmes), y descubre que comparten la casa con unas criaturas diabólicas. 'Me llevó siete años hacerme con los derechos y otros 13 años conseguir hacerla. Así que ha sido una travesía de 20 años', explicó Del Toro, quien decidió no ponerse tras la cámara 'porque había muchas similitudes con El laberinto del Fauno'.

En su lugar, Del Toro ha decidido centrar todos sus esfuerzos en Frankenstein. Tras meses de rumores, el realizador mexicano confirmó que prepara una versión del clásico de Shelley en la que Doug Jones, uno de sus actores habituales, será el monstruo. El cineasta aseguró que 'el miedo es la única emoción que hace sentir vulnerables incluso a los que no creen en nada'. Su obsesión por lo sobrenatural llega al punto de que siempre pide la habitación encantada en los hoteles. Lo único que teme realmente 'es el mundo real, con los políticos y las grandes empresas que dictan cómo debe ser todo' no a los fantasmas, aunque confiesa que 'si me cruzase con uno, me cagaría en los pantalones'.