Público
Público

Los "legionarios borrachos" que perdieron el glamour cuando se encontraron en Roquetas de Mar

DANZA INVISIBLE

No nos podemos quejar, ¡nueve galas en agosto con la que está cayendo! Aunque el acojone ante lo incierto de este invierno tiene preocupado a más de uno.

Pero otro día hablaremos de la puta crisis. Hoy se trata de retratar una jornada de bolo y para eso me pertrecho con el portátil de mi crío, dispuesto a relatar las andanzas de estos 'legionarios borrachos', como una vez nos bautizó una desventurada fan, al comprobar que nuestro glamour se desvanece considerablemente cuando nos juntamos todos. La primera pregunta existencial que se nos plantea es esta: ¿tiramos por Granada o por la costa? En esos momentos Manolo Rubio, alias el Sargento Furia, tiene siempre la respuesta precisa, y hoy ha decidido arriesgar por el litoral, aún a costa de toparnos con la temida caravana de veraneantes.

'Las frases bravuconas como vamos a hacernos una foto de nuestros culos' nunca llegan a nada; al final siempre se cagan, los cabrones'

Aunque siempre existe el temor de llegar tarde a la prueba, puesto que nuestro conductor, Javier el Kalvin, ha perfeccionado un estilo de conducción al que denominaremos fuelle, y que consiste en aflojar levemente el pie del acelerador desde los reglamentarios 120 hasta alcanzar la inadmisible velocidad de 80. Al pobre le quitaron un par de puntos hace un par de años cuando íbamos por Córdoba (otro dilema existencial: para ir a Madrid, ¿por Córdoba o por Jaén?) y desde entonces anda así.

He decidido llevarme para el trayecto un disco que no conozca nadie: Confessions of Isobel Gowdie de James McMillan, y así alardear de mi erudición. La tristísima partitura no acaba de cuadrar en demasía con el paisaje de pitas, chumberas y playa, pero todo sea por la pose, compañeros. Ya estamos en la prueba y...

Hay momentos en los que uno todavía piensa que no hay nada más maravilloso que ser músico. Cuando comento en el camerino que hay que aportar una foto al artículo, los comentarios son del tipo 'vamos a hacernos una foto de nuestros culos' (costumbre que llevamos perpetuando desde hace unos años, mayormente dirigida hacia nuestro amigo vasco Axier, al que nunca privamos de nuestro esplendor traseril), o '¡vamos a mandarles una del huebo [sic] de Manolo!', frases bravuconas que nunca llegan a nada, porque al final siempre se cagan, los cabrones. Ha sido una noche espectacular unas 3.500 personas de público y ambiente, donde además hemos conseguido vender todos los CD que llevábamos. Nuestro nuevo batería, Miguelo Batún, al que mayormente hemos admitido por la contundencia percusiva de su apellido ¡Batún, Batúnbambero!! nos está dando un plus de alegría y frescura que nos viene genial.

Este año llevamos un repertorio en el que confrontamos las canciones de nuestra primerísima época, cuando éramos chic y sonábamos en radios chachi como Radio 3, con nuestro ultimísimo trabajo: Tía Lucía, un disco de versiones del periodo 1979-89 que no ha sonado ni mijita en estas emisoras tan enrolladas. Pero otro día hablaremos de la puta radio. Mientras déjenme que descanse, que es tarde y mañana tenemos prueba de sonido a las 13 horas en Fuengirola y...

¿Te ha resultado interesante esta noticia?