Público
Público

Cronología y rostros de la revolución

100 años de anarquismo en España.

PÚBLICO

Teresa Claramunt

(1862-1931) Nacida en Sabadell, a los 20 años ya era una figura reconocida en los medios anarquistas del cinturón barcelonés. Buena parte de sus actividades, artículos e incluso libros tuvo que ver con la educación y las organizaciones femeninas.

(1905-1994) La primera mujer en alcanzar una cartera ministerial pasó a la historia como pionera feminista, a pesar de haber escrito contra el sufragismo. La llegada de la Segunda República la catapultó como 'periodista y oradora cenetista'.

(1896-1936) Es sin duda, el nombre del anarquismo: el que con mayor fuerza lo evoca en nuestros días. Fue asesinado de un disparo en el corazón, sin que se haya podido aclarar quién y por qué disparó.

(1902-1980) Destacado escritor, organizador y uno de los mejores oradores de su tiempo, se convirtió en el máximo exponente de la revolución como ‘vanguardia'. En 1941 llegó a México, exiliado, donde escribió ‘El eco de los pasos'.

(1887-1942) Durante la dictadura de Primo de Rivera, sobre todo, se perfiló como el teórico del anarcosindicalismo español. Detenido en Francia y entregado a las autoridades franquistas, fue fusilado tras rechazar colaborar con el régimen en 1942.

1910. Surge la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en Barcelona. Al año es declarada ilegal tras convocar una huelga general. Los paros se suceden por todo el país y se declara el estado de guerra.

1920. Organización de los ‘Sindicatos libres’, impulsados por la patronal catalana y la Iglesia. Su misión era acabar por todos los medios con el sindicalismo revolucionario. La CNT ya supera el millón de afiliados, de los que más de 200.000 son de Barcelona y su periferia.

1931. Proclamación de la Segunda República. La CNT es el único movimiento sindicalista revolucionario y anarquista que queda ya en Europa. Las críticas de la CNT al proyecto democrático revolucionario crecen. Mantuvo relaciones muy difíciles con la República. El sector más puro del anarquismo encontró en los muertos y la represión un resorte para la movilización contra ella. Los sucesos de Casas Viejas demuestran la excesiva crueldad con la que se reprime el levantamiento. Azaña eludió responsabilidades: él no tenía otra receta, repitió varias veces a los diputados. Hasta que llegó la sublevación militar de julio de 1936.

1936. Con el golpe de Estado, cambió el rumbo del anarquismo. La Guerra Civil impuso una lógica militar y frente a ella el sindicalismo de protesta y la clásica crítica al poder político quedaron inservibles. La lucha obrera dio paso a la batalla militar. “No fue el pueblo, el pueblo en armas, quien venció solo a los rebeldes en las calles”, cuenta Casanova. Las armas fueron las únicas con derecho a hablar y el Gobierno de la República acudió a la CNT para armar a los militares obreros. “Es muy probable que, sin ese colapso de los mecanismos de coerción del Estado, la apertura del proceso revolucionario nunca se hubiera producido”, aclara el historiador. Las colectivizaciones sólo pudieron crearse por el desmoronamiento de la legalidad vigente que siguió al golpe de Estado y no fueron el resultado natural del empuje o intensidad de las luchas sociales. Y llega el hecho sin precedentes en la historia del anarquismo: Largo Caballero llama a cuatro dirigentes de la CNT al Gobierno de la República y aceptan.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?