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Un fotógrafo del pop en una isla surrealista

David LaChapelle visita Tenerife con una muestra con imágenes de Michael Jackson y Kanye West

CARLOS FUENTES

Para acercarse al arte tuvo que falsear su edad y trabajar como camarero en bares de ambiente de Nueva York. Amigo de Warhol y Basquiat, el fotógrafo David LaChapelle(Connecticut, 1963) se ha especializado en el retrato hiperrealista de la fama y el glamour. Ahora, este artista, que también dirige videoclips y películas, ha dado un giro a su carrera para volver a las galerías de arte donde se crió.

En Tenerife expone estos días en la galería Leyendecker una selección de sus fotografías más conocidas y habla del rol que juega el arte en la vida de la gente y de la necesidad de mirar alrededor para reducir la velocidad cotidiana. 'Tenemos que ser capaces de mirar nuestro interior y de relajarnos con más frecuencia. Nos sobra demasiada prisa', explica este retratista pop, que ha trabajado con Michael Jackson, Elton John, Madonna, Björk y Leonardo DiCaprio.

No es fácil defender la identidad artística de LaChapelle, famoso por sus portadas paraVogue, Vanity Fair o Rolling Stone. Tampoco es fácil hablar de arte y lujo en tiempos de crisis. ¿Le resulta complicado que el público vea más allá de la apariencia de una obra que intenta mostrar el lado más amable de la vida? 'El arte siempre es complicado, al menos el buen arte como yo lo entiendo. Pero en mis fotografías no utilizo la belleza como un fin sino como medio para contar cosas del mundo que habitamos. Pero soy consciente de que es una forma de enseñar un tipo de mundo particular cuando hay otras personas que viven cada día una realidad muy diferente', explica LaChapelle, satisfecho de que su regreso a las galerías se haya entendido. 'Dejé la fotografía hace cinco años y aposté por volver a las galerías, que es donde realmente empezó mi carrera. Y me he dado cuenta de que es mi mejor ámbito de trabajo. Esta vuelta es un regalo que viene del pasado'.

'El arte siempre es complicado, al menos el buen arte como yo lo entiendo'

¿Y ya sabe qué tipo de artista quiere ser? 'Me tomo muy en serio el trabajo para galerías, porque la fotografía para revistas no tiene la importancia ni el impacto artístico que existe en las salas. Intento que mis fotos tengan tantas capas de contenidos y significados como sea posible. Y es un privilegio que mi trabajo fotográfico se exponga en salas y en museos contemporáneos, así que intento hacer todo lo mejor que sé porque quiero que mis fotos puedan ser vistas por un mayor número de personas', señala LaChapelle.

Empeñado en volver a la calledonde se inspiró al arrancar su carrera, asegura que quiere que 'mi arte sea accesible a la mayor cantidad de gente'. LaChapelle quiere que su obra sea entendido por la sociedad, 'ahora que la mayoría del arte lleva a que gran parte del público se sienta intimidado. Y no me gusta que se excluya a parte de la población. Por eso trabajo con imágenes con mensajes claros. Todavía tengo cosas que decir; me siento joven. Cada vez que saco una foto lo hago por una razón determinada. Y cada foto tiene una razón de ser, o al menos así me planteo cada trabajo'.

'Mi trabajo requiere inspiración y ahora la encuentro donde hay naturaleza'

En Tenerife, a LaChapelle le han hablado de André Bretón y su excursión surrealista en los años treinta. Y asegura entender los delirios interiores del patrón del surrealismo. 'Esta luz tiene algo mágico y la arquitectura colonial me recuerda a La Habana, pero también me ha gustado el silencio de la isla. Dependo mucho de mi vida interior y me guío mucho por la intuición. Me gusta pasar momentos solo, encontrarme conmigo mismo y tomar decisiones. No decido mi rumbo sólo con la cabeza, me gusta madurar decisiones con el corazón y tomarme tiempo. Es lo que no se hace con la frecuencia necesaria. La gente debería reducir su velocidad de vida, sería beneficioso'.

¿Y de dónde surge el aura mística de su obra? 'Mi trabajo requiere inspiración y ahora la encuentro donde hay naturaleza, abundante en lo que llamas aura mística', dice. Lo mágico es un componente importante de sus retratos, de toda su obra, 'tan importante como la tranquilidad: me gustaría un mundo más calmado, alejado del móvil y los ordenadores. Tenemos que ver quiénes somos realmente y quiénes queremos ser. Es como aquella canción de Michael Jackson, ¿recuerdas?: Man in the mirror. Ahora nos sobra demasiada prisa', vuelve a subrayar.

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