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Versos y chispazos de dos poetas voyeurs

Sabina y García Montero leen poesía y charlan en Granada

AMINA NASSER

Luis García Montero y Joaquín Sabina, amigos, se dieron ayer el gustazo de compartir en Granada, la ciudad del primero, un rato de charla y poesía. Los temas abordados no eran inesperados para las aproximadamente 300 personas, en su mayoría jóvenes, que llenaron el salón de actos del Cubo para asistir al mano a mano que clausuró el Festival Internacional de Poesía de Granada. Y que disfrutaron cuando, entre poema y poema, surgía la chispa de la conversación, que tocaba la amistad que los une o la propia Granada o Alberti... Los poetas, claro, tiran al monte.

El formato del acto es sencillo: García Montero y Sabina en el escenario. Cada uno de ellos lee un par de poemas propios y da paso al siguiente. Si entre lectura y lectura surge algún comentario, pues que surja, tampoco hay mayores convenciones en el formato. Por supuesto que muy pronto salió a colación el cantaor Enrique Morente, amigo común, fallecido en diciembre del año pasado. Sabina recordó que la noche anterior alguien había propuesto ir a buscar flamenco por Granada, lo que inevitablemente le trajo a la memoria al amigo perdido.

Más alegres, como más lejana es la fecha de su muerte, fueron los recuerdos que compartieron con el público sobre Rafael Alberti, otro genio que ambos trataron juntos. García Montero hizo memoria de una anécdota de principios de los ochenta, cuando iba a presentarse en Granada una colección de la obra del poeta de El Puerto de Santa María (Cádiz). Estaban juntos los dos poetas y Alberti sabía que Sabina venía de camino.

'Rafael me dijo: Cuando venga Joaquín con su guitarra, no le vamos a interesar a nadie, ni yo como poeta viejo ni tú como poeta joven. Todos le van a hacer caso sólo a él', contó García Montero. A lo que Sabina replicó que, precisamente, cuando él apareció, las primeras palabras que tuvo el 'malvado' Alberti para él fueron: '¡Pero cómo no te has traído la guitarra!'.

Pero no sólo de poesía viven los poetas. Antes de leer el poema Los idiomas persiguen el desorden que soy, el escritor granadino aprovechó para colocar una reflexión sobre la sociedad de la información. Afirmó tener 'mucha fe en internet', pero también expresó su 'preocupación' por que acabe convertida en un 'vertedero'.

Da la impresión de que Sabina ya ve la campaña convertida precisamente en eso, en un vertedero. 'Ahora que estamos en plena campaña, repugnante campaña, uno se conforma con ser un voyeur, pero no el sentido que siempre ha tenido', deslizó el cantante de Linares.

 

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