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"Apoyo a los indignados"

PJ Harvey brilla en Barcelona y presenta un perfil más comprometido y reivindicativo

GERMÁN ARANDA

No luce el vestido blanco hasta los tobillos de musa angelical coronado por el plumaje que le adereza la cabellera, con el que horas después deslumbrará al público en la presentación de su reciente disco Let England Shake, el plato fuerte de la última jornada del Primavera Sound en el Parc del Fòrum. Tampoco viste esos mínimos shorts y minifaldas, apenas un sujetador o un apretado top en el torso que la caracterizaban cuando recreaba sus primeros discos, hace no tantos años.

En la entrevista con Público pocas horas antes de su concierto, Polly Jean Harvey tapa su escuálido cuerpo con una camiseta blanca de fondo de armario con la palabra Holy (sagrada) y un vaquero negro. Eso sí: hipnotiza con sus ojos de búho, enormes y redondos. No sorprende pues que asegure 'estar siempre atenta, con los ojos muy abiertos'. Es lo que le mantiene con la capacidad de seguir firmando aclamadas obras, por muchos virajes que le dé a su sonido, desde su debut, Dry, en 1992.

Es esta atención la que le permite declarar que está 'muy informada' de las acampadas y protestas que tienen lugar por toda la geografía española. Y las respalda sin fisuras: 'Lo único que puedo decir es que apoyo totalmente a los indignados y sus protestas. Me encanta, me parece maravilloso que la gente utilice su voz y su energía para levantarse y protestar como lo estáhaciendo'.

En su reciente ‘Let England Shake’, agita 'la memoria histórica' europea

De hecho, PJ se ha lanzado descaradamente y por primera vez a mostrar un descontento con el mundo -'Sentía una energía de cambio y una urgencia de decir algo ante las injusticias', explica-, que le ha llevado a escarbar en heridas históricas de su país y de Europa, especialmente en referencias a la Primera Guerra Mundial.

'Para entender una situación actual, me veo obligada a remover la memoria histórica', sostiene una artista que hasta ahora no se sentía 'preparada líricamente' para abordar temas políticos o sociales. 'Desde adolescente me interesó la política, pero no quería hacer canción protesta', se justifica.

Su voluntad de reinvención no se ciñe a las letras. El disco más pop y con más arreglos de la carrera de PJ se cocinó en una iglesia del condado de Dorset, donde se crió. 'Vi varios estudios de grabación en Berlín y podía escuchar las canciones dentro de mí, pero no en esos lugares. Una vez en casa, vi esa iglesia utilizándose como galería de arte. Me acerqué con mi productor, Flood, y dijimos: Aquí lo haremos' , cuenta.

Los cánticos futboleros, única pega de un recital sobrio y angelical

También imaginó las canciones que tocaría en el escenario principal del Primavera, por lo que se desprende de la luz que irradió después al alternar la cítara con las guitarras eléctrica y española, con una banda impecable y un contoneo vocal asombroso, desde los agudos de su último disco hasta el rescate de clásicos cañeros como Good fortune. Y estuvo brillante.

Pero, además de PJ, el sábado también fue el de la victoria del Barça en la final de la Champions, vivida con intensidad pero relativa calma, en el escenario Llevant. La euforia por la victoria perturbó con gritos hooligans el concierto de la inglesa, que había pedido expresamente tocar después de la final. Estos cánticos fueron la única pega. A PJ nadie le podrá reprochar nada -ni siquiera haber aparcado la mayoría de su repertorio más rockero- tras un recital a la vez sobrio, turbador y excelente.

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