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Una obra sin "rigurosidad y neutralidad"

El Nuevo Diccionario Biográfico concentra las críticas de políticos, historiadores e intelectuales

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El Nuevo Diccionario Biográfico concentra las críticas de políticos, historiadores e intelectuales. 

En la revisión de las entradas del 'Diccionario Biográfico Español' se han detectado faltas de objetividad, como señala a este periódico Eliseo Serrano Martín, director del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Zaragoza: 'Lo correcto en una obra colectiva, de la amplitud y trascendencia que pretende el Diccionario Biográfico' de la RAH, es buscar a los mejores especialistas e investigadores, establecer mecanismos de asesoría histórica, lecturas e incluso como en revistas, congresos y publicaciones científicas informes por parte de pares. Al menos en aquellas que se presumen conflictivas. También porque está sostenido con fondos públicos. Hay un consenso entre los historiadores en cuanto a la figura de Franco: un dictador, sin paliativos, que instauró un régimen represivo y totalitario, tras una cruenta guerra. No parecía una buena opción el que alguien tan identificado con el dictador, su familia, la Fundación Francisco Franco y quien según los propios historiadores contemporaneístas ha puesto todo tipo de trabas para la consulta de los fondos de la Fundación se hiciera cargo de esa biografía'.

En la entrada dedicada a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, 'es considerada un emblema de la ciudad y una de las regidoras más populares de España'. Lo firma Elena Rodrigo, que trabaja a las órdenes de Barberá como asesora de prensa del grupo municipal del PP. Un portavoz oficial del consistorio confirmaba a este periódico: 'La RAH pidió al Ayuntamiento que le enviara un texto. Si querían una cosa más neutral, tendrían que haberlo pedido fuera'. La RAH sabía que quien escribiría sobre Rita Barberá no tomaría distancia crítica con el sujeto retratado.

Como descubrió este periódico, el Diccionario incluye entradas en las que se refieren a la Guerra Civil como 'cruzada' y 'guerra de liberación', términos que quedaron obsoletos con las investigaciones de los autores en democracia: 'Los historiadores de la Historia Contemporánea hace tiempo que han mostrado descarnadamente la falacia de esos conceptos. Sólo suponen una toma de posición ideológica inaceptable en cualquier publicación con rigor científico', explica Eliseo Serrano. Por su parte, Luis Enrique Otero, decano de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense, asegura a Público que 'la historiografía española e internacional de los últimos 30 años han desterrado la imagen autolegitimadora de la dictadura franquista para referirse a la Guerra Civil; quienes mantienen hoy en día esas tesis están completamente desacreditados entre los historiadores profesionales'. Además, el decano añade: 'Las propias normas que estableció la Academia para redactar las voces del Diccionario dejaron claro los criterios de redacción, en los que no había espacio para confundir biografía con hagiografía. Por desgracia, en algunas voces este principio no se ha respetado'.

Como el propio director de la RAH, Gonzalo Anes, contestó a este periódico durante la entrevista publicada el pasado sábado, el equipo encargado de la obra no revisó las biografías: 'Si se hubieran estudiado las biografías, y las comisiones hubieran leído las biografías escritas, el Diccionario no se habría publicado jamás. Porque habrían sido necesarias reuniones de mañana y tarde durante varios años. Se quiso llenar esa laguna tan importante con las biografías sin censura de la Academia. Para que actuara de censor, la Academia tendría que haber creado comisiones de censores cuyo resultado tendría que aprobar el pleno de la Academia'. Sin embargo, ejemplos como el diccionario de Oxford, elogiado por la RAH, demuestran que todo trabajo que aspira al rigor científico ha de ser revisado por otros colegas de profesión.

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