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Del canon al 15-M

En las organizaciones civiles contra el canon o la ‘ley Sinde’ se encuentra el embrión del movimiento ciudadano de los indignados

R. P. / J. R.

'No hay pan para tanto chorizo”. “Ladrones”. “Todos los sabíais”. Son consignas que recuerdan a las del 15-M y a otras concentraciones organizadas recientemente por los indignados, pero que ayer se pudieron escuchar frente a la sede de la SGAE. Desde que a primera hora de la mañana se dio a conocer la noticia del registro en el edificio y de la investigación abierta por la Audiencia Nacional al presidente del Consejo de Dirección de la Sociedad General de Autores, Eduardo Bautista, las redes sociales recogían las reacciones de los ciudadanos, a través de hastags como Teddy Bautista y #sgae, pero también recuperando #spanishrevolution, #15M y #19J, que se popularizaron en las recientes manifestaciones de los indignados.

Algunos de ellos se acercaron ayer hasta la sede madrileña, como Isaac, un informático miembro del colectivo hacktivistas.net, que aprovechaba para retransmitir en director por streaming el registro de la SGAE. “Estamos emocionado porque han sido muchos años aguantando la tiranía y desmanes de unos que se autonombran representantes de la cultura. La SGAE es responsable directa del 15-M. La lucha contra la SGAE hizo que la movilización masiva, rápida y no violenta tomara cuerpo. Considero al PP y PSOE responsables de los posibles delitos que se imputen a la cúpula de la SGAE”, decía ayer a Público.

Y es que los 14 años que separan la aprobación del canon por copia privada de las manifestaciones del 15-M están marcados por caminos que se cruzan en más de un punto. Del descontento de los consumidores y asociaciones ciudadanas contra la medida y las entidades de gestión, encargadas de efectuar el cobro según marca la ley, nacía la plataforma Todos Contra el Canon. En cuyo seno se agrupan ciudadanos, consumidores, profesionales, sindicatos y asociaciones empresariales, algunas de las cuales presentaron la denuncia en 2007 que ha

desembocado en la operación policial de ayer, como la Asociación de Internautas, la Asociación Española de Pequeñas y Medianas Empresas de Informática y Nuevas Tecnologías (APEMIT) y la Asociación Española de Hosteleros Víctimas del Canon (VACHE). Precisamente el presidente de esta última, Josep Jover, era uno de los que ayer utilizaba Twitter para dar a conocer la noticia junto a las etiquetas #spanishrevolution #15m y #19j.

La llamada ley Sinde recuperó parte de este esfuerzo de Todos Contra el Canon, y de ella salieron también otros movimientos como No Les Votes, uno de los embriones del 15-M y de ¡Democracia Real Ya! El colectivo Anonymous, que también ha dirigido ataques a la web de la SGAE y se ha manifestado en contra de la ley Sinde en varias ocasiones como “ciudadanos anónimos”, también se han dejado ver entre los indignados, inconfundibles tras su popular careta. “No al control de internet” y “Abolición de la ley Sinde” fueron precisamente dos de las reivindicaciones culturales más escuchadas en las asambleas que han tenido lugar las últimas semanas en las plazas de varias ciudades españolas.

“Es evidente que hay un hilo de continuidad entre las movilizaciones espectaculares (por su capacidad de conectar con la sociedad, por su complejidad expresiva y organizativa, etc) contra la ley Sinde y lo que está sucediendo, pero su influjo no se detiene ahí”, decía a Público hace unas semanas Guillermo Zapata, guionista de televisión y director de cortometrajes que ha apostado por el copyleft. También Amador Fernández-Savater, para quien lo importante de las protestas contra la Ley Sinde es que “no era tanto una cuestión de izquierda o derecha, sino de gente con una preocupación común: el futuro de la red. Juntarse con personas no afines ideológicamente dejó de ser un problema para convertirse en una potencia”. Y de aquellos polvos...

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