Público
Público

El 'Códice Calixtino' corre el riesgo de ser troceado

Noah Charney, experto en crímenes contra el arte, apunta a la venta por páginas

 

PEIO H. RIAÑO

Los expertos temen el descuartizamiento. Los cuerpos policiales dedicados a la investigación de delitos contra el patrimonio a los que ha tenido acceso este periódico adelantaban que el robo del Códice Calixtino en la Catedral de Santiago no es un robo por encargo. A pesar de la leyenda y la mitificación de esos coleccionistas patológicamente solitarios, que guardan sus preciadas joyas en cámaras de seguridad o en habitaciones secretas donde solo ellos contemplan sin compartir una obra de arte maestra, el futuro de este libro miniado medieval parece mucho menos cinematográfico.

'Cuando el ladrón se dé cuenta de que no puede hacer nada con él, terminará arrancando las hojas para venderlas sueltas', reconocía uno de los especialistas de la Guardia Civil.

Noah Charney (EEUU, 1979), profesor especializado en crímenes de arte y fundador de ARCA, sociedad de investigación sin ánimo de lucro de los crímenes contra el arte, confirma a este periódico que para un libro tan especial como este 'no hay mercado'. 'Es muy raro que alguien pueda obtener la comisión de este robo, porque es una obra de arte muy reconocida. Lo más probable, desgraciadamente, es que el libro sea recortado y sus páginas vendidas. El vendedor esperará un tiempo a que el famoso códice pierda actualidad para empezar la venta', explica Charney, autor de El ladrón de arte (Seix Barral).

Julián Martín Abad, jefe de servicio de Manuscritos e Incunables de la Biblioteca Nacional, convencido de la recuperación del Códice, ya advertía a Público que lo que debíamos temer era a la mutilación. 'Obras más famosas son robadas con frecuencia para pedir un rescate a las víctimas o a su compañía de seguros, por lo que habrá que esperar a los próximos días para saber si este era el motivo del robo. Si no hay petición de rescate, lo más probable es que el libro sea troceado y se venda despedazado', añade Charney.

Desde su asociación ARCA imparte formación a especialistas, con el propósito de perseguir casos de robo y falsificación de piezas de arte, vandalismo y expolio de obras en periodo bélico o en yacimientos. Reconoce que le ha sorprendido el robo porque 'fue sustraído de una cámara segura'. Sin embargo, la llave era manejada por tres personas distintas, no había control de entrada y salida y no se comprobaba diariamente el estado del Codex. 'Las medidas de seguridad en este caso me parecen mucho mejores que las de la mayoría de los archivos y bibliotecas que conozco. De acuerdo, había varias cámaras de seguridad, aunque ninguna estaba orientada a la caja fuerte, pero eso es más de lo que muchas bibliotecas tienen', asegura el profesor.

Además, señala que este tipo de piezas artísticas están menos protegidas en las iglesias que en un museo, 'porque son más fáciles de transportar y de colar como contrabando'. Curiosamente, miles de libros raros y manuscritos son robados al año, pero son descubiertos muy pocos 'porque los inventarios están desatendidos o se arrancan páginas'.

Charney no espera la recuperación del Códice: 'Sólo el 10% de estos casos se recuperan. Así que los ladrones tienen una gran ventaja. Es muy poco probable que los criminales sean detenidos, tendrían que cometer un error tonto. Además, lo lógico sería que tratasen de vender la obra en el extranjero, pero puede que no hayan abandonado el país todavía. Por desgracia, es fácil para el contrabando moverse por una Europa de fronteras abiertas'.

 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?