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Amy Winehouse: muere la cantante, nace el mito

El barrio de Camden Town despidió ayer a la artista con un goteo de fans que se acercaron a su domicilio para rendirle tributo con flores, mensajes y cigarrillos

CONXA RODRÍGUEZ

Hasta el sol lució ayer con generosidad en Londres para rendir homenaje a la cantante Amy Winehouse, hallada muerta el sábado en su casa del norte de la ciudad. Las causas de su defunción son todavía desconocidas, aunque se especula con una sobredosis. La artista había sufrido depresión y tendencia al suicidio. Sus admiradores y el vecindario de Camden mostraban ayer de forma distinta su respeto y su pesar por el trágico fin de una vida con talento musical a los 27 años de edad.

La familia de la difunta hizo público un comunicado en el que dice: 'Con la muerte de Amy hemos quedado desprovistos de algo en nuestras vidas; Amy era una hija, hermana y sobrina estupenda, su muerte abre un profundo agujero en todos nosotros; pedimos privacidad y espacio en este terrible momento'.

'Su muerte abre un profundo agujero en todos nosotros', afirma la familia

Varios lugares cercanos a su casa se convirtieron en santuarios devotos a la cantante. Allí dejaron cigarrillos, fotos, latas y botellas de cerveza, un elegante vaso con un líquido amarillo, improvisados poemas, mensajes como 'I say no, no, no' de Rehab, su gran éxito y flores, flores aquí y allá. A tenor del número de españoles en la congregación de ayer en Camden, la cantante de soul tenía tantos fans en España como en Gran Bretaña. La familia Fuentes, de Madrid, Alejandro, Cristina y sus dos hijos, adivinaban el año (2003) en que salió el primero de los dos discos de Amy. Según Cristina, que ha seguido con agrado la carrera musical de la fallecida, 'sus canciones recogían los sentimientos de la juventud de hoy y de su generación'. La familia Fuentes, de vacaciones en Londres, tenía previsto ir al mercado deCamden el domingo por la mañana. 'Nos hemos acercado hasta aquí para rendirle nuestro homenaje', dice Cristina.

Lo mismo le ocurrió a un grupo de Zaragoza: por la mañana iban al mercadillo y, de paso, hicieron el peregrinaje por la senda Winehouse, formada por el pub Hawley Armsy la casa de Amy. La maña Laura Señalada, con una raya de pintura negra entorno a sus ojos, más discreta que la que caracterizaba a la cantante, no se creía la muerte de Amy, cuya carrera ha seguido con interés a pesar de sus 16 años de edad. 'Es una de las pocas cantantes de raza blanca que interpreta bien el género soul porque, a mi entender, este es un estilo propio de artistas de raza negra', adujo la joven española.

Dos españolas fueron a Camden por 'el morbo de ver la casa'

La aragonesa regresaba ayer a Zaragoza, en cambio, Ione Casado, de San Sebastián, llegó el sábado por la noche a Londres y ayer a media mañana estaba en Camden Square con Rosario López, de Mendaza (Navarra), quien trabaja en Londres de profesora de castellano. 'Nos ha atraído hasta aquí un poco el morbo de ver la casa y lo que ocurría; me gusta su música porque tiene una voz tan característica que te llega enseguida', reconoce la profesora de español.

Terry Judd, un arquitecto montado en una bicicleta, miraba con atención el sombrío trajín de los numerosos fans que se concentraban junto a la casa. 'Paso cada día por aquí y nunca hay nadie; hoy es distinto', cuenta Terry mientras se nos incorpora un vecino a la conversación que dice: 'Vivo muy cerca y no sabía que Amy Winehouse residía aquí, ¿era totalmente judía?', pregunta asombrado por la concurrencia a la plaza, a lo cual Terry contesta: 'Very much so' (absolutamente).

En el pub Hawley Arms, cercano al canal que estos días lleva aguas putrefactas, había más periodistas y cámaras que recuerdos de Amy. El camarero que echa cerveza por el serpentín cuenta con sarcasmo que 'ayer contesté más de 50 llamadas telefónicas; conozco a Amy Winehouse de verla en la tele y por el rodete postizo de su cabello; hace mucho tiempo que no viene por aquí'.

'Ayer contesté más de 50 llamadas', explicó el camarero del Hawley Arms

La camarera añade que la última vez que la cantante estuvo en el bar fue antes de 2008. Otra de las leyendas que alimentan los medios de comunicación y que se convierten en verdad a base de repetición: el Hawley Arms, el bar habitual de la fallecida. Pues se ve que no lo era.

Amy no ha pisado el Hawley Arms en los últimos años, pero sí que llegó el miércoles pasado al teatro Rounhouse a entonar un estribillo con su ahijada Dionne Bromfield, de 15 años de edad, la cual hacía de telonera del grupo The Wanted en el festival iTunes. Su aparición, de telonera de la telonera, fue fugaz: la última, para pedir que compraran el disco de Dionne, editado por Lioness Records, creada por Amy. El último rugido de una leona frágil.

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