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"Los gaditanos de 1812 fueron los indignados del 15-M"

El escritor Jesús Maeso acaba de publicar ‘En una tierra libre’ (Grijalbo)

JUAN JOSÉ TELLEZ

Viva la Pepa ya se gritaba desde mucho antes de que un 19 de marzo de 1812 se promulgase la primera Constitución liberal. Se promulgó aquel día porque era la festividad de José Bonaparte y, con tan fausto motivo, los franceses no tiraban bombas. Eso refiere Jesús Maeso, uno de los imprescindibles valedores de la novela histórica en nuestro país, que acaba de publicar En una tierra libre (Grijalbo).  

¿Cómo es el Cádiz que narra su novela?

Es una ciudad cosmopolita, que a pesar de estar escuchando el barrunto de los cañones y el brillo de las bayonetas vivía ajena al asedio y era una ciudad-negocio como la de la película Mad Max 2. Los burgueses no usaban sus prismáticos porque estuvieran preocupados por las bombas que lanzaban las tropas del mariscal Soult, con las que las gaditanas se hacían tirabuzones. Pretendían ver si su goleta volvía de América llena de cacao y café. En Cádiz se bebía café cuando, en el resto de Europa, sólo se hacía en París.

¿Qué alcance tiene, desde la perspectiva actual, la Constitución de Cádiz?

Los gaditanos de aquella época fueron como los indignados del 15-M que ahora protestan. Pero entonces no sabíamos que el liberalismo político llevaba dentro un monstruo mutante que era el liberalismo económico y que es el que hace que ahora tengamos estos lodos. Los ilustrados de Cádiz tenían mucho dinero e intereses en América y estaban cansados de que la Corona se lo llevara todo. Fue una revolución económica aunque fuera política y los españoles de entonces dijeran por fin tenemos una patria porque hasta entonces no eran ciudadanos sino vasallos.

La Constitución del 12 fue avanzada pero dejó fuera a quienes no tuvieran independencia económica, como las mujeres o esclavos.

Uno de sus artículos establecía que el voto fuera censitario y que todo aquel que no tuviese título universitario o bolsa opulenta no podía ejercerlo. No podían votar las mujeres ni los indios, por ejemplo. Fue un intento de democracia muy débil. Hemos tenido que esperar a 1978 para alcanzar una Constitución como dios manda.

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