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El Niemeyer se queda sin milagro y Álvarez-Cascos le baja el telón

El Gobierno asturiano frustra las esperanzas al imponer unas condiciones inasumibles

P. H. R.

Si había alguna esperanza de que el Niemeyer siguiera siendo lo que había sido hasta el momento, ayer se desmontaba y la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, confirmaba su defunción. Mientras ella daba por perdidas las negociaciones con el consejero de Cultura del Principado de Asturias, Emilio Marcos Vallaure, el equipo de la Fundación, dirigido por Natalio Grueso, vaciaba el corazón de su proyecto, en el conjunto arquitectónico ideado por Oscar Niemeyer, que mañana, cuando se cumpla el final de la cesión del uso de las instalaciones, comerá de la tarta más amarga en su 104 cumpleaños.

El propio Grueso lo advertía a este periódico el viernes: el futuro era la condena y se cumplió. 'Esto es un sinsentido. Todo acaba en una disputa jurídica y acabarán asumiendo el dictado de la justicia. Mañana [por hoy] viene el notario y le entregaremos las llaves', reconocía el director.

La alcaldesa informó que 'después de mucho esfuerzo no ha sido posible un acuerdo'. Antes, Vallaure, abandonaba el consistorio sin dejar declaraciones. En las negociaciones, la Fundación cedió en la anulación de los acuerdos modificados en las reuniones del Patronato de febrero y junio, acerca de la composición del mismo. En el nuevo reparto, la Fundación aceptaba otro reparto de los participantes: el Principado tendría el 41% de los representantes, el Ayuntamiento el 15% y el Puerto el 10%, así como el resto de patronos.

Las decisiones se aprobarían por mayoría simple, en lugar de dos tercios como hasta ahora. Es decir, el Principado quería la mayoría absoluta para gobernar con autoridad sobre las decisiones de la entidad (junto con los votos de la entidad portuaria). Ya tenían el control, porque además Varela puso sobre la mesa la eliminación del voto de los patronos que no hayan aportado dinero: el propio Oscar Niemeyer y el expresidente asturiano Vicente Álvarez Areces.

Pero Álvarez-Cascos quería más. Vallaure pidió que hasta que se realizara una auditoría externa, la Fundación debía aceptar un cese provisional de sus funciones y de la programación. Algo que la alcaldesa y vicepresidenta ha rechazado. 'Estamos de acuerdo con la auditoría, pero no podemos prorrogar por más tiempo la provisionalidad del Centro Niemeyer', dijo Varela.

'Teníamos derecho a crear un proyecto de futuro, a pesar de este Gobierno. No entiendo esta torpeza. Una institución así no puede estar al albur de los cambios políticos. Qué mala suerte hemos tenido con este Gobierno', explicó Varela. El centro quedará allí, pero tendrá que ser con otro nombre, porque tal y como anunció Grueso a Público, el Principado no tendrá la cesión del derecho a la propiedad intelectual del centro. El próximo capítulo, este jueves. El propio Vallaure desvelará en el Parlamento qué planes tiene para la cultura en Asturias. Mientras, la Fundación se traslada con sus bártulos al Teatro Palacio Valdés, su sede desde hace cuatro años. 'La Fundación sigue adelante hasta que los jueces digan lo que tengan que decir', afirmó Grueso.

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