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Los músicos también hacen 'crowdfunding'

Jero Romero, Catpeople o Canteca de Macao han pagado sus últimos trabajos gracias a la microfinanciación

JESÚS MIGUEL MARCOS

Jero Romero se sentó aquella mañana delante del ordenador y ya no se despegó de la pantalla en todo el día. Lo apagó a la una de la madrugada, después de haber reunido, en sólo 15 horas, 10.500 euros para grabar su primer disco en solitario. El exlíder de The Sunday Drivers, celebrada banda indie de Toledo que en sus diez años de existencia vendió miles de copias de sus cuatro álbumes y se disolvió con un multitudinario concierto en la edición 2010 del Festival de Benicàssim, no esperaba un éxito tan meteórico ni en sus mejores previsiones: 'Fue una cosa alucinante. No me lo podía creer. Sólo tenía el anuncio en Verkami y mis cuentas personales de Face-book y Twitter para darlo a conocer. Mis cálculos eran que rozaría los 40 días para recaudar el dinero, pero fue cuestión de horas', cuenta a Público el músico.

El plazo de 40 días era el establecido por Verkami, la web de crowdfunding a través de la que recaudó el dinero para grabar, mezclar y masterizar las 12 canciones de Cabeza de león, así como para fabricar mil CD y 500 vinilos. 'Jero lo hizo muy bien', explica Joan Sala, director de Verkami. 'Vio que el crowdfunding era algo más que pedir dinero, que detrás está la idea de tener otra relación con su público y ofrecerle cosas distintas'.

«Buscaba una alternativa más justa», explica Jero Romero

Tras la separación de The Sunday Drivers, Romero no tenía ningún plan, más allá de desconectar de la música por un tiempo indefinido. Cualquiera que haya mantenido un cierto roce con las dinámicas del rock es consciente de que diez años en el motor de una banda produce suficiente desgaste como para acabar aparcando a un lado lo que más se ama. Pero en su caso, el tiempo indefinido no llegó a un año. Siguió componiendo y cuando amasó un puñado de canciones convincentes se propuso darlas a conocer.

'Sólo tenía claro que, en caso de publicar esas canciones, no quería hacerlo en una discográfica, porque sus contratos me parecen injustos. Como no se venden discos, tienes que firmar contratos editoriales, de management, de los directos cedes muchas cosas que a mi juicio sólo me pertenecen a mí. Buscaba una alternativa más justa y si además podía ser más justa para el que compra, un añadido más', explica Romero.

Algo parecido les ocurrió a los madrileños Canteca de Macao, que acaban de reunir 20.000 euros a través de otra plataforma de crowdfunding, Lánzanos. 'La discográfica hace la inversión para grabar el disco, te adelanta el dinero. Al ser los productores y haber pagado por ese material, son los dueños del master, con lo que tienes que solicitar su permiso cada vez que quieres utilizar un tema. Utilizando el crowdfunding, nosotros somos los dueños de nuestra carrera', explica Ana Saboya, vocalista de la formación.

Canteca de Macao: «Con este sistema somos los dueños de nuestra obra»

No son los primeros, ni serán los últimos, en abandonar el barco discográfico. En los últimos meses, numerosos artistas de primer nivel han dejado sus casas de discos. El último, cuyo disco se ha publicado esta semana, ha sido Enrique Bunbury, siguiendo los pasos de sus paisanos Amaral al irse de EMI. Estos últimos decidieron autoeditar sus álbumes, pero el exlíder de The Sunday Drivers optó por el crowdfunding, un camino alternativo que recuerda a aquel 'Sólo no puedes, con amigos sí' de La bola de cristal.

En EEUU y Europa, el desarrollo del crowdfunding es bastante mayor que en España. Pero incluso antes de que surgieran estas plataformas, la música tuvo un embrionario precedente de esta forma de financiación. El grupo alemán Einstürzende Neubauten, desde el año 2002, paga sus discos con las contribuciones de sus fans a través de su página web. Su apuesta fue tan innovadora que la mayoría de artistas que optan ahora por el crowdfunding repite, incluso sin saberlo, su modelo de gestión, que incluye las famosas recompensas.

El crowdfunding' reduce a cero la distancia entre artista y seguidor

El músico fija diferentes cantidades que los mecenas pueden aportar. Cuanto más alta es la cantidad, mayor es la recompensa. 'Yo puse entre 10 y 200 euros. 200 euros incluía la descarga digital anticipada, tres CD y tres vinilos firmados, una entrada para un concierto, varias maquetas y asistir a la grabación', afirma Jero Romero.

Ese es el plus de este sistema: desaparecen los intermediarios y la distancia entre artista y seguidor se reduce, en ocasiones, a cero. Patricia Aparicio fue una de las mecenas que desembolsó 200 euros para el proyecto de Romero. 'Hemos podido ver y leer su trabajo de forma constante, la ilusión que le movía en todo momento. Aunque no hubiera habido recompensa, también hubiera apostado fuerte', responde.

Los fríos cálculos de las multinacionales, muchas de ellas dirigidas desde hace años por hombres de negocios más que por amantes de la música, son sustituidos aquí por la relación directa con el oyente. Fernando Bajón, que aportó 25 euros para el disco de Jero Romero, cree que 'es una cuestión de romanticismo musical, querer involucrarse en que algo interesante salga hacía delante porque crees que será un buen disco hecho con mucho tacto y estilo'. 'He aprendido algo que que no me podía creer', exclama el excantante de The Sunday Drivers, 'que la gente está dispuesta a participar y a implicarse en cosas sólo por eso, por el hecho de participar, implicarse y ayudar, más allá de recibir cosas a cambio'.

Artistas con una base de seguidores estable como Miquel Gil o Cesk Freixas también han tenido éxito en su experiencia con el crowdfunding. La gran incógnita es si el sistema funciona con las bandas que empiezan. Según Carlos Hervás, director de Lánzanos, 'depende de cómo mueva el proyecto el autor: puede ir creando una comunidad a lo largo de la vida de su proyecto. Hemos tenido casos de proyectos que empezando desde cero han llegado a reunir 20.000 euros, como la película No te supe perder, gracias a lo bien que supieron moverla'. Lánzanos, que como Verkami se lleva el 5% de lo recaudado, también ha contribuido al éxito de la película El cosmonauta, que ha logrado 130.000 euros a través de la plataforma.

Por el momento, en España el crowdfunding no está tan extendido ni es tan popular como para que el público acceda a estas páginas en busca de proyectos que financiar. 'Es complicado buscar apoyos de gente que no te conoce. Funciona a nivel de proximidad. Si no lo mueves, no pasa nada. Por colgar un proyecto en internet no vas a conseguir financiarlo. Hay proyectos que se quedan con cero o cien euros porque no lo han sabido mover', cuenta Joan Sala, de Verkami, página a través de la que medio centenar de bandas han logrado el presupuesto para sus discos o vídeos.

Canteca de Macao no lo tuvo tan fácil como Jero Romero, entre otras cosas porque su proyecto era de mayor envergadura (sólo la banda ya es una decena), y sólo lograron reunir esa cantidad tres días antes de que finalizara el plazo.

La banda de fusión pedía 20.000 euros para cubrir los gastos de estudio de grabación durante dos meses, la realización de un documental y un videoclip. De ahí que establecieran dos donaciones de 2.000 euros, cuya recompensa incluía un concierto privado y 40 copias del CD. 'Se organizaron dos grupos de gente para conseguir a esas 40 personas que pudieran asistir al concierto privado. 2.000 euros de apoyo es mucho, pero si lo divides entre 40 personas, son 50 euros cada uno, que incluyen el concierto íntimo y el CD', explica Ana Saboya.

Si en su día Einstürzende Neubauten metió a un centenar de seguidores en el estudio para grabar coros en una canción, Jero Romero invitó a diez: 'Para mí un estudio de grabación no tiene misterio, pero para los fans fue alucinante. Además, esa persona, cuando escuche el disco, tendrá una serie de datos en la cabeza que le hará escuchar la música con otra perspectiva'. Terminaron grabando unas palmas, que ya se pueden escuchar en el disco, disponible a través de Spotify.

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