Público
Público

Revista Mongolia: "Mucha gente ha sepultado el papel antes de tiempo"

La nueva publicación revoluciona los quioscos con un humor irreverente y surrealista que bebe de publicaciones míticas como 'Hermano Lobo', 'La Codorniz' o 'El Papus'

HENRIQUE MARIÑO

Bin Laden está vivo. En realidad, Estados Unidos se cargó a Gaspar Llamazares y quien se pasea por los pasillos de la sede de Izquierda Unida es el líder de Al Qaeda. El scoop es de Mongolia, una revista medio lapona cuyos temas nada tienen que ver con los de sus compañeros de quiosco: El Rey, confundido con un oso panda o bien Interior y Educación serán un único ministerio.

La publicación satírica –trufada de humor marciano, irreverente, surrealista y un tanto porteño– también incluye hard news. Pero, al contrario que los demás medios, que se explayan con noticias convencionales y dedican un porcentaje exiguo al humor, ellos nos bombardean con temas de coña y se reservan las páginas finales para poner a caldo a Ignacio Peláez –'el abogado que acabó con Garzón'– o criticar indultos polémicos como los concedidos a Jesús Gil, Juan Hormaechea o José Barrionuevo. La jefatura, al aparato.

Algunos medios, blogs y redes sociales sitúan a El Jueves como su referente, pero su humor recuerda a webs como El Mundo Today, ¿no?

Leemos y convivimos con El Jueves, pero nuestros referentes son Hermano Lobo, La Codorniz, la revista argentina Barcelona, la chilena The Clinic y, sobre todo, El Papus. Sin olvidarnos de los Monty Python: lo nuestro por ellos es amor, son lo más. Creemos que hay referentes españoles alucinantes, de alto nivel, eh. Nos dicen que queremos desbancar a El Jueves: ni a palos. Venimos a hacer un humor que convive con ellos. Hay mil tipos y capas.

Lo más potente del proyecto consiste en hacer un contrainformativo, como un diario de noticias fake muy graciosas, que tiene mucho que ver con el tema de la crisis. Todo el quiosco se ha escorado hacia la derecha de una manera radical. Mongolia es un soplo de aire fresco contra esa derecha rancia, ¿no? Y, ante el cierre de Público en papel, también supone un nuevo espacio.

Tambien parecen beber de Noticias del Mundo...

Por supuesto. Somos fanáticos de Noticias del Mundo. Y de Gila, a muerte. Pero el humor, en el mundo del papel, ahora está estancado. Esto a lo mejor sirve para que salgan más cosas. Y bueno, también se trata de sacar adelante un medio independiente.

Venimos del sector y hemos visto cómo, poco a poco, nos iban cercenando los espacios por los intereses creados por la publicidad. Vamos, que no podíamos decir ciertas cosas. Por encima, cada vez se pagaba menos y se prescindía más de la gente. Entonces nos dijimos: vamos a hacer lo que realmente nos gustaría leer a nosotros.

Valga la redundancia, ¿las noticias serias son totalmente serias?

Sí, con datos e información. La única diferencia que hay respecto a otros medios es que nosotros somos independientes. No formamos parte de ningún grupo editorial y no tenemos ningún interés. La información la ponemos tal cual, no la cortamos.

¿Habéis barajado incluir publicidad?

Sí, pero es difícil. No lo buscamos: si alguien viene, perfecto.

¿Qué tipo de anunciante cree que encajaría?

La gente que se sienta cómoda con nuestro mensaje, que es divertirse. A pesar de la crisis, hay que reírse de ésta, una de las maneras de poder zafar.

Han tirado 25.000 ejemplares, pero en muchos quioscos no se encuentra. ¿Llegará a toda España?

Sí, lo que pasa es que se está agotando muy rápido. Abogamos por la suscripción, una manera de trabajar de manera independiente y para que el lector se sienta cómodo. La gente percibe que la tratamos en primera persona. Si alguien nos escribe en Twitter, nosotros le contestamos, algo que no hacen otros medios. La gran empresa está dejando de lado a la gente, mientras que nosotros atendemos las peticiones individualmente.

El camino es la suscripción, porque la distribución es el gran problema de todos los medios: no llegan siempre adonde quieres, si se agotan los ejemplares no los reponen... Es desastroso. Además de regalar una camiseta a quien lo haga, las suscripciones nos permiten poder pensar en el futuro. Nuestro horizonte son doce números y, durante los seis primeros, nadie cobrará un centavo. Lo hacemos ad honorem.

¿Alguna novedad para el próximo número: viñetistas, ilustradores, colaboradores...?

Nos han escrito una cantidad ingente de colaboradores. Y este número lo hemos hecho entre diez personas, aunque el núcleo duro que saca el trabajo adelante somos cuatro. Seguramente habrá sorpresas, porque un día después de salir a la calle ya había ochenta profesionales que querían formar parte de Mongolia.

¿Qué exclusiva les gustaría dar en portada?

El papa confiesa: lo de dios es un camelo.

¿Habrá contenidos exclusivos para la edición digital?

Apostamos por el papel, pero actualizamos la web, subimos cosas que morirán en internet y preparamos una versión para tabletas. Somos un mensual, pero nuestra vocación es quincenal. Creemos que el papel no está muerto, aunque hay mucha gente que lo ha sepultado antes de tiempo.

Humorísticamente hablando, ¿cree que España da mucho de sí?

Uf... Sí, mogollón. Debería haber diez revistas del género, como en Francia.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?