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Juan Antonio Bayona: "Estoy orgulloso de poder enseñar lo que somos capaces de hacer aquí"

El director lleva al cine la historia real de una familia que sobrevivió al tsunami de 2004. El actor Ewan McGregor, que presenta en el festival la película, recoge el Premio Donostia

BEGOÑA PIÑA

Inspirada en la tragedia real que vivió María Belón y su familia durante el tsunami de 2004 en las costas de Indonesia, la segunda película de Juan Antonio Bayona, The Impossible, participa en el Festival de San Sebastián en la Sección Oficial fuera de concurso, y llega al certamen avalada por un reparto de prestigio -Ewan McGregor y Naomi Watts- y un elevado presupuesto -40 millones de euros- que la convierten en una de las mayores producciones del cine español.

El director, que con su ópera prima El orfanato recaudó 58 millones de euros, ha rematado un filme de impecable factura técnica, con todos los elementos que suelen destacarse en el cine americano. Cuatro años de preparación, 25 semanas de rodaje, más de 8.000 extras, sorprendentes efectos especiales y actores anglosajones han sido necesarios para completar esta producción de clara vocación internacional. The Impossible se estrenará en España el 11 de octubre y llegará a EE.UU. el 21 de diciembre.

Con guion de Sergio C. Sánchez, la película es una producción española de Apaches Entertainment y Telecinco Cinema, realizada con un equipo de técnicos de España y de Tailandia, y con la que Bayona quiere trascender la tragedia natural del tsunami para hablar de la condición del ser humano.

¿Ha sentido la presión y la responsabilidad de contar una historia tan dolorosa inspirada en experiencias reales?

Desde el momento que supe que iba a hacer una película sobre la tragedia del tsunami, busqué también estar rodeado de gente relacionada con ello. Pero no solo la familia en la que se basa la película, también voluntarios y personas que perdieron a seres amados allí. Y la intención era, desde luego, ser lo más realista posible.

La película va a provocar más dolor, ¿hasta dónde estaba usted dispuesto a llegar en ese camino?

La película pretende colocar al espectador dentro de la historia. Esa distancia del director con la historia de la que siempre se habla, yo sabía que en este caso iba a ser una distancia corta y eso lo hablamos todos los del equipo. Tuve una conversación con un superviviente y le pregunté cómo se sentiría si no enseñara cadáveres en la pantalla, y me dijo que se irritaría si no los viera. La decisión mía como director era cómo mostrar eso y, desde luego, hay cosas que no estaba dispuesto a hacer.

¿Qué querría que sacara el público de su película?

Cada uno debería sacar su propia conclusión. La película muestra a una familia occidental en medio del infierno. Es una reflexión sobre su propia experiencia, sobre lo que sintieron ellos, que aún hoy están preguntándose el sentido de todo lo que pasó.

¿Cómo le ha afectado a usted convivir con esta tragedia tanto tiempo?

El proceso no ha sido tan doloroso como emocionante. Al estar tan cerca de estas personas te cambia la perspectiva. Para mí ha sido un regalo poder rodar esta película y, sobre todo, poder conocer a esta gente.

Desde el punto de vista cinematográfico, especialmente técnico, The Impossible demuestra que en España se puede hacer cualquier tipo de cine.

En España podemos hacer lo que queramos, sí. Me siento orgulloso de poder enseñar al espectador lo que podemos hacer aquí. Me ha costado cinco años y he trabajado muchísimo, pero ahora nos podemos sentir afortunados. Y eso que algunas veces el trabajo no conlleva recompensa, pero en este caso, sí. Esta ha sido la experiencia más intensa de mi vida.

Tiene dos grandes actores en su película, Naomi Watts y Ewan McGregor, pero el verdadero protagonista es Tom Holland, un chico de quince años.

Sí, es el protagonista de la historia. La película va de legado que dejamos, de la responsabilidad que heredamos y de qué vamos a dejar. Para estar a la altura de una situación así hay que comportarse dignamente. Y este chico, el hijo mayor, representa esa enseñanza. Nunca le traté en el rodaje como a un niño de sus años. Naomi Watts se convirtió en la primera fan de Tom Holland. Verles actuar era verles retarse uno a otro. Como director, la sensación fue magnífica.

Hablando de la responsabilidad de lo que vamos a dejar, ¿qué es lo que dejará su película?

Esta es una película intensa, pero tiene una visión de la vida y del ser humano optimista. No hay nada de cinismo en esta historia. El tsunami quitó todas las capas a los personajes, las de raza, la de clase social... fueron personas que se portaron razonablemente y eso da una sensación reconfortante.

¿Cree que la respuesta del público será aquí igual que en EE.UU.?

La sensibilidad del espectador estadounidense es distinta que la del español, pero hemos hecho pases con público en ambos países y las reacciones son las mismas.

¿The Impossible le va a abrir las puertas de Hollywood?

El orfanato ya me las abrió, pero yo quiero seguir trabajando en España, porque nuestro país es el que tiene el mejor sistema de producción cinematográfica.

Pero aquí ahora está un poco paralizada la producción...

Ahora se están cerrando muchas perspectivas, pero cine vamos a seguir haciendo, lo que preocupa más son las condiciones en las que vamos a hacerlo. Me preocupa el futuro de la gente de mi equipo, de todos los equipos. El cine no somos solo los directores y los actores, son muchas personas. Cerrar empresas es muy fácil, lo difícil es abrirlas.

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