El pintor Antonio López ha defendido el arte como una de las cosas 'limpias, nobles y que sigue con prestigio' en la sociedad actual y ha considerado que una vez que se han 'debilitado' las religiones, queda el arte como fe. López ha asegurado que el prestigio del arte 'no se ha acabado', como sí se 'ha hundido' el de los partidos políticos, y ha asegurado que la sociedad espera que el arte le pueda aportar 'algo bueno' y, a su juicio, 'lo aporta' no solo al consumidor, sino también al artista.

Ha manifestado que el arte es 'el reflejo de lo que es el mundo' y 'recoge lo esencial de una época', y sobre este aspecto ha afirmado que esta es una época 'muy turbulenta, muy convulsa con cosas muy buenas y muy malas, donde lo bueno y lo malo se dan de una forma tumultuosa'. Sin embargo, no cree que las dificultades económicas actuales y los recortes que se están aplicando en el mundo de la cultura vayan a afectar al arte porque, según ha recordado, 'Goya hizo su trabajo en tiempos mucho más difíciles que éste'.

'El arte se hace con lo que hay. Si hay mucho, se hace con mucho, si hay poco, con poco, como la comida', ha manifestado, al tiempo que ha destacado la 'generosa' forma en la que la sociedad se entrega a la cultura y a los trabajos de artistas que muchas veces no son contemporáneos, sino 'antiguos'.

López es uno de los pintores más valorados tanto por el público como por los coleccionistas, ya que su cuadro Interior del water (1968-1971) fue vendido en 1989 por 113 millones de pesetas (cerca de 680.000 euros) y estableció el récord de venta por un cuadro de un pintor español vivo. Sin embargo, a este pintor, escultor y académico manchego no le preocupa el precio, que considera algo 'muy cambiante', sino seguir trabajando y que su tarea 'pueda seguir interesando' y sirviendo a los demás.

Ha reconocido que 'algo habrá que  pagar' por la obra de un artista, pero lo que se pague, ha dicho, 'es indiferente', y ha considerado que lo que habría que preguntarse no es por qué una obra vale lo que vale, sino por qué 'hay gente que tiene tanto dinero' y puede gastar esa cantidad en un cuadro. Para Antonio López, está bien que las obras tengan un precio alto porque, en su opinión, 'si la sociedad nota que eso tiene un precio muy alto lo va a respetar más', aunque ha afirmado que él personalmente no respeta más o menos a un artista por el valor de sus trabajos.

El pintor ha asegurado que el arte se hace 'para el público' y cuanto 'más abarque lo que se hace, cuantos más aspectos y más gente abarque es mejor, tiene más riqueza'. Sobre su trabajo, ha explicado que frente a los artistas que lo programan todo en una obra, él por el contrario, después de la impresión que le produce algo, se entrega a la realización del trabajo 'sin saber de manera muy precisa que es lo que puede contener'.

Aunque en sus cuadros no lo parezca, precisa, Madrid es una ciudad 'tumultuosa, dura, agria, ruidosa y terrible', y lo 'monstruoso' de esa capital, ha dicho, al final se refleja en sus pinturas aunque parezca que sea 'de una manera involuntaria'. Cada pintor tiene algo 'peculiar que a lo mejor los demás no ven', ha afirmado López, para quien la realidad 'es neutra pero el artista no', y aunque el mundo no sea el infierno que ve Bacon, este artista 'lo tiene que hacer así y si no, no sería Bacon'.

Entre los proyectos de futuro de este pintor de 76 años, está el volver a realizar figuras humanas, tanto en pintura como en escultura, una modalidad que ha abandonado 'muchos años' y aunque no se arrepiente porque 'si haces una cosa no puedes hacer otras', en estos momentos le apetece retomarlo.

Y entre sus proyectos a corto plazo ha asegurado que se centran en terminar el retrato de la familia real, que lleva realizando desde 1994, y poder 'cumplir' lo previsto, que es entregarlo para el cumpleaños de don Juan Carlos, el próximo 5 de enero. Antonio López se encuentra en Valencia para ofrecer una ponencia esta tarde en la segunda edición del festival 'Art in group', en la que hablará de pintura, de su vida y de su experiencia.