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Aitor Merino rueda un filme para explicar su amistad con un etarra

El documental 'Asier y yo' está protagonizado por el actor vasco y Asier Aranguren, que pasó ocho años en prisión por pertenecer al aparato de información de ETA

MARÍA JOSÉ ARIAS

Aitor Merino (Historias del Kronen) es un actor vasco afincado desde hace más de veinte años en Madrid que se ha lanzado a la aventura de rodar un documental sobre su amistad con un etarra. En Asier ETA Biok (Asier y yo) los protagonistas son dos amigos de la infancia. Por un lado, Asier Aranguren, detenido en 2003 por pertenecer a ETA y que ha pasado ocho años en prisión. Por otro, Aitor Merino, actor y narrador del documental.

Merino explica que lo que le llevó a hacer este documental fueron las 'acaloradas discusiones' que a lo largo de los años ha mantenido con sus amigos sobre el conflicto vasco y sobre su amistad con Asier Aranguren. Pese a las opiniones encontradas y las diferentes formas de ver el asunto, destaca que 'mis amigos de Madrid y yo siempre tuvimos un punto en común: el rechazo al empleo de la violencia como medio para lograr fines políticos'. Cuando su amigo Asier entro en prisión, 'el asunto se volvió, obviamente, mucho más difícil'. Al salir Aranguren de la cárcel, Merino cogió una cámara intentando dar respuesta a todas esas preguntas.

El resultado es Asier y yo, un documental que 'trata de mi amistad con Asier, de nuestro pasado en común, de su militancia, y de cómo esta me ha afectado'. El documental aún no puede verse porque les falta el último empujón económico para poder terminar los trabajos de postproducción y distribución. De ahí que se hayan puesto en manos del tan de moda ahora crowdfunding a través de Internet para poder poner punto y final a un trabajo de dos años en el que también participa la hermana de Aitor Merino.

Los protagonistas de este documental son Asier y usted. Asier es un etarra que ha pasado varios años en la cárcel por ello y un etarra no deja de ser un etarra. ¿Quién es para usted?

Ambas cosas. Pero primero, es mi amigo. Asumo lo que eso implica.

Supongo que una de las preguntas más recurrentes que le han hecho ha sido:  ¿cómo puede ser amigo de un terrorista? ¿Cómo se responde a eso?

Esa pregunta jamás me la ha hecho ningún amigo. Ellos me conocen y saben que para mí el afecto y el respeto, si es recíproco (y en el caso de Asier lo es), está por encima de las diferencias, incluso las de este calibre.

¿Cómo se enteró de la detención de Aranguren?

Cuando Asier huyó de la policía y se integró en ETA, yo estaba en Londres trabajando en una película. Mis padres me llamaron. Lo acababan de ver en las noticias. Se me doblaron las rodillas y me eché a llorar. Era marzo de 2003. Un año después fue detenido. Es difícil de explicar. Sabía que lo meterían en la cárcel, pero casi sentí alivio, porque por un lado temía lo que pudiera ocurrirle estando en la clandestinidad y, por otro, también temía las decisiones que pudiese tomar una vez dentro de ETA.

¿Se ha visto su relación con Asier Aranguren afectada de alguna manera por su integración en ETA?  

Sí, su integración en ETA supuso un mazazo. Una cosa es tener ideas distintas respecto al uso de la violencia y otra bien distinta que tu amigo se integre en un grupo que la practica. Pero al mismo tiempo, gracias a mi amistad con él, he sabido de la vulneración de no pocos derechos que se ha practicado sistemáticamente contra la izquierda independentista a lo largo de estos años. Lo cual no quita que, en mi propio recorrido vital, me haya alejado de algunas posturas que tenía en mi adolescencia. De hecho, el concepto de patria me produce urticaria. Aunque sigo pensando que la falta del derecho a decidir de nuestro pueblo es el origen de este conflicto.

¿Cómo le afecta directamente tener un amigo que ha sido parte de ETA?

Te crea conflictos internos, tanto intelectuales como emotivos. Conflictos y dudas que me llevaron a hacer este documental. La idea es trasladar esas dudas al espectador para que saque sus propias conclusiones.

¿Cuántas veces ha tenido que justificar su amistad con él?

No siento que tenga nada que justificar. Se puede compartir o no, pero es una opción personal.

¿Ha perdido amigos por el camino?

No, ninguno. Mis amigos siempre lo han respetado. Algunos de los más cercanos, de hecho, participan en este documental porque comparten mi deseo de que, de alguna forma, aireemos este tema tan enquistado y podamos aportar un granito de arena en el camino de la reconciliación. Al fin y al cabo, es la razón de ser de este proyecto.

¿Alguna vez le ha preguntado por qué tomó ese camino? ¿Cuál es su argumento?

No he necesitado preguntárselo. Lo conozco muy bien y sé cuáles son sus razones. Es el resultado de un conjunto inabarcable de vivencias. Precisamente porque me faltan palabras, hemos hecho este documental. El cine nos da la posibilidad de compartir, desde lugares sutiles, emociones, sentimientos e ideas de manera mucho más poderosa y evocadora que las simples opiniones expresadas en entrevistas como esta, por poner un ejemplo. En todo caso, quiero dejar bien claro que en esta película tratamos de conocer al otro, no de justificarlo. Son cosas muy distintas.

 

¿Cree que el tono elegido para el documental es el más apropiado? ¿Por qué contarlo así y no de otra manera?

Lo más complicado no son las formas, sino el contenido. El reto es encontrar un equilibrio entre el respeto que siento hacia Asier y, al mismo tiempo, ofrecer una visión no carente de sentido crítico. Hurgamos en lugares dolorosos e incómodos, no es un retrato complaciente. En la versión completa del documental hay situaciones de todo tipo: emotivas, también graciosas y, sobre todo, otras realmente íntimas entre Asier y yo, de confrontación directa, que nos reservamos para cuando la película salga a luz.

¿De qué trata realmente Asier y yo? ¿Qué puntos se tocan?

Trata de mi amistad con Asier, de nuestro pasado en común, de su militancia y de cómo esta me ha afectado. Es un intento de hacer entender a mis amigos de Madrid (y, por extensión, al público) qué pudo llevar a Asier a tomar una decisión -la de entrar en ETA- que a mí mismo me costaba comprender y asimilar. Se trata de compartir mis propias dudas y temores y, sobre todo, de plantear interrogantes, para que luego sea el público el que saque sus propias conclusiones.

¿Se entra en el terreno político y armado?

Claro. Asier perteneció a una organización que ha matado a personas, no podemos eludir ese hecho. Pero, al mismo tiempo, hay un contexto social y político sin el cual es imposible comprender quiénes somos Asier, mis amigos de Madrid y yo mismo.

Hablar entre amigos sobre su amistad con un etarra es una cosa y hacer un documental sobre ello es otra, ¿cómo cree que le afectará este proyecto?

El proyecto está siendo recibido con mucha expectación. Y no me cabe duda de que, conforme se acerque el estreno, esa expectación irá en aumento. Como actor, quizás se me cierran algunas puertas. Pero se abrirán otras. Prefiero pensar en las segundas.

¿Se arrepiente de haberse metido en esto?

Uf, hay momentos en los que la responsabilidad me abruma un poco, sí. Pero no me arrepiento. Tanto Asier como yo tenemos miedo de lo que pueda ocurrir con el documental. Quizás es lo que más nos esté afectando a ambos como amigos. Ten en cuenta que estoy hablando ahora mismo sobre nosotros en un periódico, es hablar de una amistad públicamente. Es difícil. Y luego llegará el documental, las opiniones, las críticas. Solo esperamos que en el futuro, cuando todo pase, sintamos que mereció la pena.

¿Hay crítica en Asier y yo? ¿Arrepentimiento?

Claro que hay crítica, ¿cómo no va a haberla si yo mismo rechazo la violencia ejercida por ETA? En cuanto al arrepentimiento, si te refieres a si Asier muestra arrepentimiento, la verdad es que no me siento con derecho a hablar en su nombre en una entrevista. Hay que esperar a ver el documental.

¿Habría sido posible sacar adelante este proyecto si la situación actual fuese otra?

Lo hubiéramos intentado de todas formas.

Han iniciado una campaña de crowdfunding para poder terminar la postproducción y distribuirlo. ¿Cree que uno de los principales problemas de financiación es la temática del documental?

No creo que la temática sea un problema a la hora de conseguir financiación, porque la gente de mente abierta quiere que deje de haber tabúes y que se hable de temas como este desde una perspectiva diferente. Además, en este momento, cualquier proyecto es difícil de sacar adelante por razones puramente económicas. Hasta ahora, la campaña de crowdfunding ha ido muy bien, pero tiene que continuar así porque si no llegamos a la cantidad solicitada, las aportaciones no se llevarán a cabo. Así son las reglas del crowdfunding: todo o nada.

¿Cómo cree que lo recibirá el público?

Es posible que no contentemos a casi nadie. Pero estoy seguro de que el documental va a ser visto con respeto independientemente de las diferencias ideológicas, porque está abordado con rigor y honestidad. Cuando lo mostremos, creo que ni los más críticos pondrán eso en duda. Nuestro objetivo es que se cree un debate constructivo. Si logramos eso, nos quedaremos tan contentos.

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