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'The Following', el asesino en serie que quería ser Edgar Allan Poe

Kevin Bacon y James Purefoy protagonizan una serie estrenada esta semana en EEUU con récord de audiencia y que el martes llegará a España de la mano de TNT

MARÍA JOSÉ ARIAS

The Following se presentaba como el estreno más esperado de la midseason estadounidense y el aluvión de espectadores que se sentaron delante del televisor a ver el piloto el pasado lunes lo confirmaron. 10,4 millones de personas disfrutaron del estreno en EEUU de la última serie nacida bajo el sello de Kevin Williamson (Dawson Crece, Crónicas vampíricas y Scream). En España no habrá que esperar demasiado. El 29 de enero, solo una semana después de la emisión en EEUU, el canal TNT emitirá (22.15 horas) el primer episodio de un thriller con un asesino en serie perturbador y un agente alcohólico obligado a regresar a la actividad tras escapar su antiguo caso de prisión.

Salida de la mente de Kevin Williamson, The Following confía el peso de la trama a la relación de retroalimentación de los dos personajes principales, el asesino Joe Carroll (James Purefoy) y el agente Ryan Hardy (Kevin Bacon). Intentado ir un poco más allá de lo habitual en las historias de asesinos en serie, el de The Following no es el típico sádico que mata por placer o por algún tipo de perturbación mental o trauma. Con sus actos busca la belleza, el arte. Esa es su justificación.

Joe Carroll es un hombre culto, casado, atractivo y con un magnetismo y una personalidad arrolladores. Profesor universitario, su especialidad es todo lo que tenga que ver con Edgar Allan Poe, un escritor al que venera e idolatra hasta el punto de querer convertirse en él a través de los asesinatos que comete. Se toma su tiempo, usa un cuchillo y sus crímenes se caracterizan por detalles tan escabrosos como arrancarles los ojos a sus víctimas, como ocurría en el relato de El cuervo. De ahí que la serie haya recibido críticas por la violencia de algunas escenas. La idea de un asesino en serie que actúa siguiendo los pasos de Poe fue explorada, como mucho menos acierto, en el cine por James McTeigue en El enigma del cuervo (2012).

The Following comienza ocho años después de que Carroll, al que interpreta un eléctrico James Purefoy, fuese capturado y acusado de la muerte de 14 universitarias. Pese a cumplir condena y disfrutar de una comunicación limitada, este profesor universitario ha conseguido tejer una compleja red de sicarios/seguidores dispuestos a dar la vida por él y continuar con sus crímenes. Carroll se presenta en el piloto como el enigmático líder de una secta al que rinden culto discípulos de todo tipo y condición. El FBI está desbordado tras su huida de prisión, no sabe hasta donde se extienden sus redes y no tiene más remedio que recurrir a Ryan Hardy (Kevin Bacon), el agente que logró encarcelarlo y que fue víctima de Carroll. Un marcapasos se lo recuerda cada día.

La relación entre los dos protagonistas va mucho más allá de la habitual entre asesino y agente. A parte de la historia personal que se desvela en el piloto, Hardy no ha conseguido pasar página. El alcohol se ha convertido en su modo de vida. Retirado, sin amigos ni familiares cercanos (al menos en lo visto hasta ahora) vive anclado en el pasado. Además, no puede ocultar el respeto que siente hacia Carroll. Para él no es un demente más. Así lo dejó por escrito en un libro sobre el caso que hace que sus de nuevo compañeros recelen de él. 

El que maneja los hilos en The Following es Carroll. Ha decidido que es la hora de una 'segunda parte' de su historia y ha convertido a Hardy en el protagonista principal. Como si de un libro se tratase, este asesino en serie convertido en el líder de una secta señala al agente al que casi mata ocho años antes como el héroe de la historia del que por ahora solo se ha escrito el prólogo.

 

Los personajes son el punto fuerte de una serie que ha arrancado por todo lo alto en cuanto a números. La expectación era máxima y ni siquiera las críticas recibidas hace unas semanas por la violencia de las imágenes han hecho mella. Con sus 10,4 millones de espectadores en el estreno, The Following se ha convertido en el segundo mejor arranque de la temporada 2012/2013 en cuanto a ficción se refiere. Solo Revolution, de la NBC, consiguió unos números mejores. La cuestión es saber si Kevin Williamson y el equipo de guionistas conseguirán mantener el listón a la altura de las expectativas generadas tras la emisión del piloto.

Otras series como Alcatraz, o la propia Revolution, partieron con un planteamiento inicial interesante pero se desinflaron con rapidez. La primera, por el olvido de los guionistas de seguir aportando datos sobre la trama principal. ¿Qué pasó en Alcatraz en 1963? ¿Cómo los presos llegaron a la actualidad sin envejecer un solo día? ¿Quién estaba detrás de todo esto? Ahora ya nunca se sabrá. En el caso de Revolution, el problema principal han sido los protagonistas, a los que les falta esa capacidad de generar cierta empatía que ayude al espectador a engancharse a una serie. The Following parece tener mucho de lo segundo a tenor de lo visto en el vertiginoso episodio piloto. De lo primero, hay que esperar al desarrollo de la trama.

El reparto lo completan Natalie Zea, Jeananne Goossen, Shawn Ashmore, Valorie Curry, Nico Tortorella, Adan Canto y Kyle Catlett. Emitida en Estados Unidos por FOX, en España podrá verse en TNT a partir del día 29 todos los martes a las 22.15 horas.

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