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Gianni Amelio: "En Italia se sigue utilizando el insulto y el escarnio con los homosexuales"

BEGOÑA PIÑA

John Gielgud, uno de los referentes indispensables de la escena británica, fue públicamente humillado en EEUU cuando su carrera cinematográfica empezaba por fin a despegar. El 21 de octubre de 1953 la policía le arrestó en unos baños públicos por 'escándalo sexual'. Las autoridades le amenazaron con deportarle si insistía en trabajar en América. En Italia, después de la guerra, Pier Paolo Pasolini fue expulsado del Partido Comunista por su homosexualidad. El caso de Miguel de Molina en España es tristemente conocido. Apaleado por tres tipos, le torturaron y obligaron al exilio. La represión contra los homosexuales en el mundo de la cultura y el arte en Europa tiene lamentablemente una historia propia. Ahora, el prestigioso cineasta Gianni Amelio, un gran artista que siempre ha dado voz a desfavorecidos y marginados (Lamerica, Il ladro di bambini, Cosi ridevano) repasa la historia de esta persecución en su país desde los tiempos del fascismo en Felice chi è diverso, película documental que presenta en el 7 Festival de Cine Italiano de Madrid.

Galardonado con el Premio a Toda una Carrera en el certamen, Amelio recorre esa desgraciada historia de la opresión contra la homosexualidad en Italia a través de testimonios de personajes generalmente del mundo del arte -actores, bailarines, escritores, pintores, profesionales del cine...-, pero también de modistos, periodistas, políticos... Imágenes de las actuaciones de algunos de ellos, secuencias de películas que hacen referencia al tema, fotografías, recortes de prensa... Todo ello completa esta crónica de la homofobia, que se cierra con las palabras de un joven de este siglo XXI, víctima todavía hoy de cierta represión. El festival se celebra hasta el próximo 4 de diciembre en los Cines Renoir Princesa y las proyecciones son gratuitas.

-En el Festival de Berlín, cuando presentó esta película, hizo pública su homosexualidad, ¿por qué lo hizo? ¿Cuál era su intención?

Cuando eres una persona pública, es necesario decir siempre la verdad. Es el único modo de ayudar a los que no tienen la posibilidad de manifestarse o de hablar. No creo que ser homosexual sea un problema para alguien que trabaja en lo que trabajo yo, pero es un problema terrible para un maestro en una ciudad de provincias. En muchos sitios de Italia, la homosexualidad es como un virus.

-¿Qué le animó a hacer Felice chi è diverso ahora?

Me pregunté cómo vivía mi país el problema de la homofobia que todavía existe hoy, sobre todo entre los jóvenes. Hace nada ha sido noticia un profesor de una escuela que ha llamado 'maricón' a un alumno, un chico de trece años. La sociedad italiana, creo que como la española, sigue empleando el insulto, la risa ofensiva, el escarnio... con los homosexuales.

-Muchas de las personas que dan su testimonio en la película rondan los ochenta años... En España sería muy difícil convencer a personas de esa edad para que contaran sus experiencias sobre este tema.

Algunos tienen noventa. La presencia de estas personas las conseguí con dos cosas fundamentales. Primero, el modo en que les presenté el proyecto, diciéndoles que no les iba a perjudicar ni a buscar el escándalo. Y segundo... yo también tengo cierta edad y, como a ellos, ya nada me asusta.

-La excepción es el testimonio último, un chico muy joven que cuenta su problema hoy. ¿Ese es el futuro que espera?

Su testimonio demuestra que el problema es actual. Ese chico es el más valiente de todos, porque él está aún en la escuela y ahí, en su ciudad, existe peligro de violencia de grupos homófobos. Su participación en la película dio mucho sentido a ésta, porque él, tal y como cuenta ante la cámara, sólo había confesado su homosexualidad a su madre. El día que se estrenó la película en Bérgamo, recibí una llamada. Era él y me dijo: 'Estoy camino del estreno con mi madre y con mi padre'. Luego pude hablar con el padre y él lo había entendido todo.

-No hay mujeres en su película.

Voy a hacer otra película pronto sobre el problema de la homosexualidad femenina, pero es un problema diferente. Si dos mujeres salen a la calle cogidas de la mano, nadie les mira. Si lo hacen dos hombres... No digo que el problema sea menor, sólo diferente. Algunas de las directoras de cine italianas son lesbianas, pero yo no lo digo...

-¿Cuál ha sido la reacción de la comunidad gay ante la película?

No les ha gustado mucho. En el ambiente de la fiesta y el folclore gay no piensan que esta sea la manera correcta. El que piensa que esto es solo un problema sexual, se equivoca. Una persona no es solo su identidad sexual, sino la identidad de la persona. El problema es que hay que conseguir la libertad que cada uno debe tener para ser uno mismo.

-¿La sociedad italiana es mucho o sólo un poco menos homófoba que en los años del fascismo italiano?

Es menos homófoba solo en apariencia. No es homófoba como lo era entonces, sino de otra manera. En ciertas personas, como uno de los actores que aparecen en la película, no es un problema, se puede hacer incluso un espectáculo de ello, pero en otras es un problema gravísimo. En Italia, me consta que también en España, la ignorancia sobre el tema es enorme y se llega a confundir homosexualidad con pederastia.

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