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El Gran Wyoming: "Como en su día Alianza Popular, me declaro en contra de la Constitución"

CRISTINA S. BARBARROJA

Repite hasta hacerse cansino que toda su vida 'ha sido un esfuerzo por no pegar ni sello', pero los hechos contradicen a José Miguel Monzón. Con unas pocas horas de sueño tras noche de concierto con sus Insolventes, El Gran Wyoming se presenta en el madrileño Teatro del Barrio para vender el último fruto de su pereza, No estamos solos: un libro coral en el que ha dado voz a '13 invisibles - algunos ya no lo son tanto- que, cual legión de gnomos, llevan años trabajando para nosotros'.

Desde Ada Colau hasta los yayoflautas, pasando por Martín Sagrera El Pancartero, la comadre asturiana Begoña Piñero, el actor Alberto San Juan o el 'solfónico' David Alegre, la última aventura del showman, médico, escritor y lo que se proponga, pretende ser un retrato de la gente que está cambiando este país frente al establishment o -como afirma en la introducción- 'un antídoto contra el derrotismo, la impotencia, la rendición incondicional y el pesimismo'.

-¿Cuál es el antídoto contra el derrotismo... además de su libro, por supuesto?

Mi libro sólo es una crónica del antídoto, de quienes lo hacen. Yo he salido mejor después de tomar contacto con ellos. Un ejemplo es la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, a la que se ha tachado de filoterrorista, etc... La PAH no es un centro asistencial, es un centro de asesoramiento que no soluciona los problemas de la gente sino que se ocupa de ofrecer los instrumentos para que sea la gente la que los solucione (...) y que automáticamente convierte a los asesorados en parte del colectivo del antídoto.

-Pero ¿no es España un país derrotado o a punto de?

No. España es un país que ha vivido una decadencia brutal. Recuerdo un poema de Miguel Hernández que decía 'nunca medraron los bueyes en los páramos de España' y que hablaba de España como un pueblo rebelde, insumiso. Hemos vivido una época complicada en ese sentido, pero este es un país con posibilidades de supervivencia y de reacción.

-Con un 'listón delictivo muy alto' -y le estoy parafraseando. ¿Cuál es la receta del Dr. Monzón contra la corrupción? ¿Le sirven las prescritas por Rajoy?

'Rajoy se tenía que haber ido el día que le envió un mensaje a Bárcenas'

Es que son obvias: que intervenga la Justicia, que haya jueces para intervenir, que los casos no prescriban. Es lo elemental para empezar. Lo que yo creo es que Rajoy se tenía que haber ido el día que envió un mensaje a Bárcenas con el 'aguanta, sé fuerte', porque el silencio se paga. Matas aguantó y a los dos días tenía el tercer grado. Esto es insostenible y la exposición anticorrupción de Rajoy en el Congreso no debería haber sido porque Rajoy ya no debería estar. Es lo que pienso. ¡Y lo pensaría igual si lo hubiera votado!

-Pero mire Ana Mato, que lo debe de estar pasando fatal...

Yo creo que no lo pasa mal porque no entiende. Ella sostiene que nunca supo de dónde salía el dinero, como cuando en una casa muy pobre empiezan a entrar plasmas y coches y nadie pregunta de dónde han salido. Ella tampoco lo sabía.

Ayer escuché que 40 de los viajes que pagó la Gürtel los hizo ella sola. Si a alguien que quiere irse a París o Barcelona le aparece el billete y no lo ha pagado ¿en qué mundo vive? (...) Me parece mal que Ana Mato acepte sobornos; pero si vive en un mundo en el que cree que los billetes caen del cielo es que no tendría ni que haber sido ministra.

De todas formas esto es un mensaje, no para Ana Mato, sino para todas las amas de casa: deberían saber lo que ganan sus maridos y si sus maridos ganan mil euros y llevan una vida de 40.000 es que algo raro está pasando. Es un consejo de amigo

-¿Nuestra Constitución está sana?

'Si Ana Mato vive en un mundo en el que los billetes caen del cielo es que no tendría ni que haber sido ministra'

La Constitución se nos vende como hermética y es elástica. Pero se han empeñado en convertirla en papel mojado y lo han conseguido. Porque de la Constitución se aplican los artículos que conviene. No se cumple el derecho a la vivienda ni el derecho al trabajo, pero el resto ¡a rajatabla! Meter el ejército si hay una secesión... ese va a misa.

Y me parece impresentable que la Constitución diga que no se puede preguntar a los canarios si quieren que les hagan pozos de petróleo en su costa. ¿Eso lo dice la Constitución? Pues paso de la Constitución; así de sencillo. Me declaro como en su día se declaró Alianza Popular: en contra de la Constitución.

-Y la izquierda española -e incluyo al PSOE- ¿qué medicina necesita... si necesita alguna?

La izquierda española debería hacer honor a eso: ser de izquierda. Si su gran problema es atender a los mercados y preocuparse porque cualquier alternativa política hunda la economía, no defiende los postulados de la izquierda, porque ese no es el problema de los ciudadanos. El problema de los ciudadanos no son los mercados, que son los que deberían acoplarse al modelo de sociedad en el que queremos vivir.

-¿Comparte el calificativo de 'casta' de Podemos para referirse a los partidos tradicionales?

A lo mejor confunde, pero desde luego no son ciudadanos que viven en la normalidad. La gente normal no tiene un sueldo vitalicio por dos legislaturas; no tiene esos planes de pensiones ni sus prebendas. Ahora nos enteramos que tenían viajes gratis a donde quiera que fueran, tuvieran que ver con su trabajo o fueran privados. Bueno, pues si no son una casta... ponga usted el adjetivo, pero viven en un mundo en el que nosotros no estamos.

-El prólogo de su libro afirma que 'llegó la hora de los invisibles, frente al penoso espectáculo audiovisual'. ¿No es eso un 'pedrolo' contra su tejado?

'Si los partidos tradicionales no son una casta... ponga usted el adjetivo, pero viven en un mundo en el que no estamos'

No. Cuando uno habla de los demás nunca se incluye; marca la distancia (risas).

-O sea que reconoce que hay medios y medios... Y que algunos, de abajo a arriba, también están en la pelea por cambiar las cosas.

Bueno... Con que los medios de comunicación simplemente fueran eso, el mundo sería distinto. El problema es que hay una excesiva concentración de poder. Eso es lo que pienso.

-De los 13 invisibles con los que ha construido No estamos solos, elija a uno, o una, imprescindible. O son como los críos que se les quiere a todos igual...

Imprescindibles son los yayoflautas, que para mí son un ejemplo moral. Gente que a una edad, con osteoporosis, muletas... sale a la calle y ocupa las instituciones con acciones tremendas. El problema -y volvemos a lo de antes- es que estas cosas luego no salen en los medios. Puedo contar, por ejemplo, la ocupación de la sede central de Banesto en Sabadell. Hubo un secuestro, durante una semana, de todas las personas que trabajaban allí. No ha salido en ningún medio de comunicación. Se dio orden de que eso no se publicitara ¡y no ha salido en ningún lado! Yo no me lo podía creer cuando me lo estaban contado y lo tenemos grabado en la película. Es realmente alucinante que esas cosas puedan ocurrir.

-Del resto ¿qué ha aprendido? Por ejemplo de la, como usted, verborreica Ada Colau.

Ada Colau me ha enseñado que la verdad es un arma muy poderosa.

-El otro decano del libro, el historiador Josep Fontana ¿qué le enseñó?

'Ada Colau me ha enseñado que la verdad es un arma muy poderosa'

Fontana es la llama de la palabra, el que mantiene la historia viva en un momento en el que las redes sociales lo han vuelto todo borroso. Y pongo un ejemplo: cuando se habla de la teoría de la conspiración, del 11-M, nos parece aburrido y ridículo el que lleven años y años con el tema. Pero es que eso enmascara lo que en realidad ocurre.

Si dentro de 20 años una estudiante americana tiene que hacer un trabajo de investigación, se meterá en internet y no tendrá ni puta idea de lo que pasó... y lo que pasó es muy simple. Josep Fontana es la narración de nuestro pasado.

-No me creo -como repite- que sea usted un vago, ni que no le mueva la vocación de servicio. ¿No ha pensado en volver a dejarse la melena y dedicarse a la política?

Lo que yo quiero decir con eso es que hay gente que tiene la pulsión y la necesidad de escribir o de contar... o de hacer política. Yo me he metido en esto porque me han metido, que es una cosa muy distinta. Es como cuando tu padre te dice: 'Chaval, tenemos un taller, aprende mecánica'. Y si te preguntan '¿por qué estás aquí?', respondes 'pues porque me metió mi padre'. Pues yo estoy aquí, porque me han metido aquí mis amigos, que me quieren.

-En el epílogo presenta como un cuento los sucesos del Cabanyal ¿Cuál es la moraleja del cuento... y del libro?

Que los ciudadanos cuando se proponen con una verdad unirse para luchar contra la injusticia consiguen dos cosas: hacerla visible y enseñar a los demás el camino. Que la Administración no debe ser el enemigo, el demonio que nos jode la vida. La Administración deben ser unos trabajadores a nuestro servicio. Tenemos que quitarnos ya esta especie de sentimiento medieval del señorito, del aristócrata y el terrateniente... que no estamos a su servicio. España no es una S.L y no debería funcionar como tal.


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