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"Un actor nunca debe psicoanalizar a sus personajes"

Christoph Waltz. Actor. Interpreta a Alan Cowan en 'Un dios salvaje', de Polanski

ÁLEX VICENTE

El de Christoph Waltz ha sido uno de los ascensos más espectaculares de los últimos tiempos. En menos de una década, ha pasado de figurante con frase en la serie canina Rex, un policía diferente a hacerse con el Oscar por su brillante interpretación en Malditos bastardos. El actor austriaco, hombre de carácter que no duda en descartar las preguntas que no le apetece responder, suena ahora como favorito para el premio de interpretación en Venecia por su papel de abogado sin escrúpulos, de rictus sádico y pegado a su Blackberry, en la aplaudida adaptación de Un dios salvaje que ha firmado Roman Polanski.

¿Cómo se trabaja con Polanski?

'Un dios salvaje' permite que la burguesía se ría de sí misma'

Polanski es un maestro que debutó con 18 años y ha rodado películas durante cerca de sesenta años. Un hombre con su trayectoria no puede equivocarse nunca. Te gustará lo que hace más o menos y alguna vez puedes estar en desacuerdo con él, pero uno nunca se atreve a discutir con él, porque es consciente de no conocer ni una pequeña fracción de lo que sabe. Al principio, te entran nervios. Te dices que no vas a estar a la altura, pero él sabe hacerte sentir cómodo. Por desgracia, se trata de una manera de trabajar que ha pasado un poco de moda.

¿Qué ha cambiado en la película respecto a la obra teatral de Yasmina Reza?

La película es más accesible que la obra, que estaba destinada a un círculo más reducido de personas. A Yasmina le preocupaba que la profundidad del texto se perdiera por el camino. No estoy de acuerdo con ese punto de vista, pero es cierto que nuestra versión es más rápida y ligera, menos literaria y más divertida.

¿Por qué cree que la obra y la película han gustado tanto?

Permiten que la burguesía se ría de sí misma, lo que por desgracia sucede pocas veces. La comedia tiene esta función importantísima. A la burguesía le gusta identificarse con las víctimas y luchar por las causas perdidas. Les encanta sentirse culpables para liberarse de la mala conciencia que les produce estar tan acomodados.

¿Y usted se identifica con el increíble cinismo de su personaje?

'Me pondré a trabajar con Tarantino en un par de semanas'

Tal vez no sea un cínico, sino la persona más sensata de los cuatro. Por lo menos, es el único que no se pone demasiado colérico. Está demasiado ocupado con su trabajo, así que no tiene tiempo para preocuparse por el resto. Si no pudiera entender a Alan, no tendría sentido que lo interpretara. Al mismo tiempo, no creo que debas tener aprecio por tu personaje. Basta entender cómo funciona. Lo que el actor nunca debe hacer es sentarle en un diván durante cinco años para psiconalizarle, hasta que esté tan enredado que no funcione.

Hablando de psicoanálisis, Cronenberg pensó en usted para interpretar a Freud. Dicen que cambió de opinión porque era demasiado caro...

Es falso. Si han podido permitirse a Viggo Mortensen, le aseguro que también me hubieran podido tener a mí. Lo que pasó es que no estaban dispuestos a comprometerse conmigo. Surgió otra oferta [Agua para elefantes] y preferí aceptarla. Si no, me arriesgaba a que se acabaran echando atrás y quedarme sin nada.

¿Cree que el nazi Hans Landa de Malditos bastardos' es el papel de su vida?

Totalmente. No esperaba lo que pasó. De hecho, tampoco sé lo que pasó. Prefiero no pensar en ello. Podría analizarlo hasta la saciedad y acabar volviéndome loco.

¿Qué hay de Django Unchained', su spaghetti western con Tarantino y Leonardo DiCaprio?

Ya hablaremos en otra ocasión de Tarantino, cuando esté terminada. Ni siquiera hemos empezado a rodar la película. Nos pondremos a trabajar en ella en un par de semanas.

La película habla de la delgada línea entre civilización y salvajismo. ¿En qué situaciones detecta casos parecidos en la vida real?

Al volante. En especial, en Alemania, donde se olvidan de su lado recto y disciplinado en cuanto suben a un coche. Mi reacción cuando me quieren adelantar es ponerme en el carril de la derecha y salir de su camino.

¿Qué le hace enfadar a usted?

Todos nos enfadamos fácilmente. ¿Que si me puedo enfadar por una pregunta? Pues sí. Por ejemplo, si le digo al periodista que hay ciertos temas que no son asunto suyo y él sigue insistiendo.

¿Ha podido hablar con Polanski sobre la acogida de la película en Venecia?

Sí, pude hablar con él anoche.

¿Y qué le dijo?

No es asunto suyo [risas].

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