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La amarga realidad de la crisis entra en escena

'Educador social en Alaska', que se representan este viernes y sábado en el Teatro del Barrio, cuenta historias reales de personas que han acudido a los Servicios Sociales.

Los relatos que se representan en la obra son de todo tipo. Las hay que rozan lo absurdo y le dan un toque de humor y otras que son duras.

ALFONSO ÁLVAREZ-DARDET

MADRID.- La crisis económica que asoló España en 2008 y destrozó miles de familias dejó un reguero de amargas historias, la mayoría desconocidas. Sera Sánchez, se llama Serafín pero prefiere acortar su nombre, lleva más de 20 años trabajando como educador social, viviendo en primera persona estos dramas. Ha pasado por cientos de situaciones distintas.

Por ejemplo, la de una familia que se hizo con una gran fortuna tras el boom inmobiliario y que después se quedó en la más absoluta miseria. En tiempos de bonanza compraron una gran casa en una urbanización tranquila y alejada de la ciudad. Ahora no tienen dinero ni para llevar al niño al colegio. No pueden pagar la gasolina.

"Estamos desnudos de recursos, se ha salvado un poco la situación gracias a los profesionales que están dando la cara"

Esta crónica, y otras, Sánchez las reunió hace años en un blog que tituló Educador social en Alaska, el título es un homenaje a la famosa serie de 1990 Doctor en Alaska, y además sirve para situar los relatos en una ciudad lejana con la intención de respetar la privacidad de las personas a las que se refiere. Incluso cambia pequeños detalles para no dar pistas. De todas estas historias ha seleccionado hasta cuarenta y junto a su hermano, el actor Rafa Sánchez, las ha llevado a escena en pequeñas ráfagas. Desde que estrenaron en 2009 han recorrido España y han cosechando éxitos haya donde han actuado. En Madrid podremos verlos este viernes y sábado en Teatro del Barrio.

Sera comenzó a redactar el blog por amor a la literatura. "Había escrito dos obras para la compañía de teatro que tengo con mi hermano. Mi trabajo es ideal para alguien con esta afición porque se cuentan historias humanas, y quería compartirlas de alguna manera. Aunque son relatos reales mi idea era la de hablar de situaciones sin entrar en lo concreto".

El blog lo llevó en secreto incluso para sus conocidos, los textos los firmaba con el nombre ficticio de Kike. Ni su propia familia sabía de la existencia de la página web. Un día decidió desvelar su afición a su hermano, pero lo hizo, cuenta este, de una manera peculiar. "Me dijo", explica Rafa, "mira el blog este a ver qué te parece. Yo no sabía que el había escrito el texto y me daba cosa decirle que quería llevar a escena el trabajo de otra persona porque todo lo hacemos juntos. A la hora me envió un mensaje y me dijo 'Kike soy yo'".

Los relatos que se representan en la obra son de todo tipo. Las hay que rozan lo absurdo y le dan un toque de humor a la función, como la historia de una abuela que acude al despacho de Kike con su nieto preocupada porque está convencida de que este tiene la cabeza abollada por dormir siempre del mismo lado.

Las hay, también muy duras y que tocan los personal, como la de una niña con problemas de adaptación tanto en el colegio como en casa. Insultaba a sus profesores e incluso en alguna ocasión había agredido a sus padres. La situación era incontrolable. Una de las cosas más difíciles fue la de llegar a ella. Tras darle muchas vueltas al final optó por escribirle una carta que los padres le dejaron en la mesilla de noche de su habitación. El gesto resultó, el acercamiento se produjo. Fue un primer paso muy importante.

Quizás esta situación te sea familiar. Hasta hace poco la podíamos ver en la televisión en el programa de la cadena Cuatro Hermano mayor. Estuvo presentado, hasta hace poco, por Pedro García Aguado, ex jugador de Waterpolo. Este asesoraba a familias cuyo hijo o hija entraba en una rebeldía incontrolable. Cada capítulo se saldaba con un final feliz. "Creo que la serie no refleja la realidad. Un programa así no hace daño porque los consejos que dan son de sentido común, pero creo que simplifican demasiado la situación porque se piensa que en días o semanas se solucionan las cosas y en realidad no es así. Es más espectáculo que programa educativo", opina Sera.

La crisis económica ha propiciado que cada vez más escuchemos este tipo de historias. No es que hayan aparecido desde 2008, antes también existían, es solo que ahora el número ha aumentado y por eso es más sencillo encontrarse con algún conocido que las esté viviendo en primera persona. Ante una situación así cabría esperar que el Ejecutivo ampliara el gasto en Servicios Sociales, para al menos poder atender a las familias peor lo están pasando. Pero no es así. "Estamos desnudos de recursos, se ha salvado un poco la situación gracias a los profesionales que están dando la cara".

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