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El amor en Sierra Leona es otra guerra

Aminatta Forna publica 'La memoria del amor'

ROCÍO PONCE

Aminatta Forna no se siente una voz de África, ella es una escritora de la diáspora. Nació en Glasgow y creció entre Reino Unido y Sierra Leona. Hija de padre africano y madre escocesa, tras el éxito de El jardín de las mujeres (Alfaguara), ha sido calificada como una de las voces de África. Halagada, Forna piensa que se trata de una exageración: 'Vivo en Londres y tengo familia en Sierra Leona. Además me parece dañino para los escritores que son realmente africanos. Ser escritora de la diáspora es algo diferente, constituimos un puente entre dos culturas, y la voz de África tiene que ser una voz que surja desde dentro'. ¿Y por qué no lo hace? 'Es necesario tener una base económica para poder pasar a crear arte. Sigue siendo difícil publicar fuera de África. Las editoriales occidentales están ahora empezando a interesarse y a pelearse por los escritores africanos, pero sigue siendo un proceso lento. Creo que comienza con los escritores de la diáspora, que somos más accesibles', explicó la escritora a Público.

Esta ex periodista de la BBC ha venido a Madrid para presentar su última novela, La memoria del amor (Alfaguara). En ella entrelaza historias de amores obsesivos, amistades, celos y trastornos psicológicos con el telón de fondo de la guerra civil de Sierra Leona. Etapa que la propia Forna conoce de primera mano: 'Con el terremoto de Haití me venían muchos recuerdos a la memoria porque podía ver en las personas los efectos del trauma de la guerra', dijo la escritora.

'España empieza a desenterrar lo que se vivió en la Guerra Civil'

Si la guerra no termina con la última bala, ¿cuándo lo hace? 'No sé si termina, porque todavía padecemos los efectos de la Segunda Guerra Mundial. Las heridas de Auschwitz se siguen viendo en la literatura, en el arte y en el debate público. En España, por ejemplo, se acaba de empezar a desenterrar lo que se vivió en la Guerra Civil. No creo que se deba olvidar, sí avanzar en lo práctico'.

Para Aminatta Forna, los artistas tienen la responsabilidad en este sentido de provocar la reflexión entre las personas. Si ella misma siente esta responsabilidad o no con la sociedad africana, ha sido una cuestión del destino, debido a lo que ha atravesado su familia y su país. 'Sería perverso no escribir sobre ello. ¿Cómo iba a escribir sobre Londres con lo mucho que tiene Sierra Leona para explorar', se pregunta.

'La voz de África tiene que ser una voz que surja desde dentro'

Para la realización de esta novela, Aminatta Forna ha utilizado técnicas de investigación como entrevistas o seguir a un cirujano durante días. Incluso ha pasado semanas en el hospital psiquiátrico del país hablando con el único psiquiatra de Sierra Leona, Eduard Nahim, y con sus pacientes.

Esta mezcla de amor, trauma y dolor encuentra todo su sentido en una de las afirmaciones de la británica: 'La memoria del amor duele como la falta de un miembro amputado'. A través de las relaciones que se narran en la novela, Forna desarrolla la teoría de si realmente lo que sienten es amor o la memoria del mismo. La autora contesta: 'Se trata de amor, que es química pura'.

Forna no echa de menos el periodismo porque ahora es libre de escribir como quiere y sobre lo que quiere. Además, con sus libros ha demostrado que los temas de África sí que interesan, aunque sus jefes pensasen lo contrario.

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