En la categoría de música digital, el máximo galardón del Ars Electrónica 2008 recayó en Reactable, un instrumento musical futurista que invita al juego y a la colaboración, creado por creado por Sergi Jordà, Günter Geiger, Martin Kaltenbrunner, Carlos López y Marcos Alonso. Su aspecto es tan fulgurante que la propia Bjork les llamó para colaborar con ellos, tras ver su vídeo de demostración en YouTube.

Con otros seis proyectos españoles más en el catálogo la edición de este año es un gran éxito, aunque sea sólo por la pura fuerza de los números. Esta presencia masiva revela también dos factores cualitativos a tener en cuenta. El primero, los puestos en el palmarés para artistas extranjeros trabajando desde centros españoles, algo que habría sido raro hasta hace cinco años.

El segundo factor cualitativo sería el importante trabajo realizado durante estos años por dos centros que se llevan entre ellos un Golden Nica y tres menciones honoríficas. El Music Technology Group de la Pompeu Fabra de Barcelona es donde han nacido la mencionada Reactable y la base de datos de sonidos libres FreeSound Project.

El Medialab Prado de Madrid es el lugar de origen de dos proyectos de realidad aumentada: el juego borgiano levelHead, del neozelandés y mejor persona Julian Oliver, y Augmented Architectures, una intervención urbana tan fría como poética del madrileño Pablo Valbuena.

Dentro de la exposición, pero fuera de concurso, pudimos ver el Hybrid Playground de Clara Boj, Diego Díaz y Martín Nadal, un juego interactivo en el que los mandos están empotrados en un parque infantil, haciendo del juego real un nivel añadido al juego virtual.

Por su parte, el colectivo Platoniq montó en la Brucknerhaus una oficina de su Banco del Conocimiento Común (BCC), en la que los visitantes al festival podían hacer depósitos de sus habilidades especiales o retirar las fotos que hubieran dejado antes.