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El año de malamadre

Luis Tosar ha construido un personaje emblemático en elthriller carcelario de Daniel Monzón, que opta a 16 nominaciones en la gala de los Goya de esta noche

 

SARA BRITO

Quizás tenga que ver la crisis. Cómo no, si es la madre de todas las explicaciones. Daniel Monzón, al conocer las 16 nominaciones de su película Celda 211 a los premios Goya, decía a Público: 'Nos gusta Malamadre porque es un canalla con nobleza. En estos tiempos de crisis en que no confías en nadie, en que vemos a los políticos pasándose la patata caliente, un personaje que tiene esa retranca, que es expeditivo y épico, crea simpatías'.

Luis Tosar es Malamadre, el personaje del año del cine español y el responsable (amén de un ritmo frenético y una dirección sobria y eficaz) de que esta noche este thriller carcelario, mitad tragedia griega, mitad cine de brochazos políticos, sea el favorito en las principales categorías de los premios Goya. Entre ellos, el cabezudo a la mejor interpretación masculina para el actor gallego, que sumaría su tercer galardón. Eso, si todas las quinielas no hacen aguas.

'Malamadre tiene que ver conmigo en que es irónico y sardónico'

'La gente sale de las salas de cine imitando su timbre ronco y su mala uva', admitía el director Daniel Monzón a este periódico. Tosar explica de dónde sale el hallazgo: 'Esa voz es un homenaje a un amigo mío. La había trabajado desde tiempo atrás, pero no había encontrado el lugar donde meterla. Malamadre era el personaje perfecto. Es una ronquera un poco cabrona, y nos daba miedo porque no sabíamos si podría aguantar dos meses de rodaje con ella', explica Tosar.

Aguantó e inventó un tipo humano antológico, que le lleva a temer que a partir de ahora no paren de ofrecerle presos. 'Me pasó con Te doy mis ojos y Corrupción en Miami', admite. 'Malamadre tiene que ver conmigo en la medida en que hace las cosas con cierta gracia, es irónico y sardónico. Ahí conectábamos. Me atrajo que es un tipo gracioso pese a ser violento y despiadado', confiesa.

Monzón: 'Nos gusta el personaje porque es un canalla noble'

Para construirlo, el actor visitó cárceles y se cruzó con algún que otro Malamadre de carne y hueso, que le enseñó que la clave en prisión es el ingenio. En una ocasión, un tipo le hizo una exhibición de las armas que podía construir sólo con los elementos que había en una sala vacía de vis a vis.

El ingenio es precisamente lo que tampoco le falta al personaje de Juan Oliver (Alberto Amman, también nominado en la categoría de mejor actor revelación). 'Son como Quijote y Sancho', explica Monzón. Dos personajes que tienen una evolución inversa. Uno, Oliver, entra a la cárcel como funcionario en medio de un motín, y para sobrevivir, deberá hacerse pasar por preso para, de paso, descubrir su lado salvaje y despiadado. El otro, Malamadre, será el lobo que irá enseñando su humanidad a medida que el metraje y las 36 horas de vértigo que narra la película avancen.

Para Francisco Pérez Gandul, autor de la novela en la que se basa el filme, Juan Oliver 'va descubriendo una nueva personalidad, la más original, la que no pulió su entorno familiar y social, la que en origen tenemos los animales. Por eso todos podemos ser Calzones en potencia', apunta.

Celda 211 es un sleeper, filmes que arrasan en taquilla por sorpresa

La conexión sucede también en el caso de Luis Tosar. Para él, por encima del thriller o el relato en clave de suspense, Celda 211 es una historia que habla, como todas las películas, de lo mismo: 'De la condición humana, de nuestros conflictos en circunstancias extremas, de la amistad y de cómo se preserva en las peores condiciones. Eso es lo que nos conecta a esta película', detalla.

En efecto, la conexión funcionó y ha llevado a más de un millón y medio de espectadores a las salas de cine. De hecho, en jerga cinematográfica, el cuarto filme de Daniel Monzón es lo más parecido a un sleeper, término con el que se nombra a las películas que a la chita callando se convierten en auténticos bombazos en las taquillas. 'Por lo general, tienen pequeñas dimensiones, apenas se sabe algo de ellos antes de su estreno y se van haciendo grandes porque el público los recomienda', apunta Pau Brunet, analista de la taquilla española y creador de la web de referencia Boxoffice.es.

La película de Daniel Monzón se mantuvo en el top ten de la recaudación durante más de tres meses, y en el camino ha multiplicado por diez la recaudación de su primer fin de semana de estreno. 'Eso es un comportamiento extraordinario', matiza Brunet. Pasadas 14 semanas de que la cinta pisara por primera vez las salas, Celda 211 sobrepasaba la frontera de los 11 millones de euros de recaudación.

Para el analista, el gran beneficiado de los Goya, incluso antes de que esta noche se abran todos los sobres, es el filme de Monzón. 'Las nominaciones han reforzado la necesidad de verla, la idea de que es la película imperdible de la temporada', dice.

La culpa, en parte, es de Malamadre. A escasas horas de la gala, Tosar reconocía: 'Conozco a un montón de actores muy buenos, mejores que yo, que no han tenido la suerte de tener un personaje impactante'. Él sí, y esta noche puede ser la noche de Malamadre.

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