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Anti-Patrimonio Nacional

La Universidad de York reclama el reconocimiento de unos grafitis de Johnny Rotten

DAVID BOLLERO

En 1975, un grupo de jóvenes de clase obrera escandalizó a Reino Unido con su música estridente y letras corrosivas. Nacían los Sex Pistols y con ellos y sus rivales The Clash el fenómeno punk que revolucionaría a la juventud británica. Casi 40 años después resurgen los Pistols con un legado en forma de grafitis en un edificio de Denmark Street, en el barrio londinense de Camden.

Un equipo de arqueólogos de la Universidad de York, encabezados por John Schofield y Paul Graves-Brown, reclama el reconocimiento cultural de este hallazgo, demandando su declaración como Patrimonio Nacional o, como ellos prefieren, 'anti-Patrimonio', en alusión a las connotaciones antisistema que trajo consigo el punk. Desde su punto de vista, se trata de 'una manifestación directa e intensa de un movimiento radical de rebeldía'.

Schofield, director de Estudios y de Gestión del Patrimonio Cultural de la Universidad de York, recuerda cómo en su día los principales tabloides británicos aseguraron que las grabaciones inéditas de los Beatles descubiertas en la BBC eran el mayor hallazgo arqueológico desde la tumba de Tutankamón y sentencia que 'como mínimo, el grafiti de los Sex Pistols está a ese nivel, si no lo supera'.

Cuando los dos expertos acudieron al número 6 de Denmark Street hace un año y medio se toparon con las oficinas de la empresa Vintage & Rare Guitars y, detrás de sus muebles, las pintadas que atribuyen a John Lydon, más conocido como Johnny Rotten, líder de la banda. Las pintadas se extienden a lo largo de dos habitaciones comunicadas por una escalera abierta, y datarían de finales de los setenta y principios de los ochenta.

Schofield explica que llegar a una fórmula legal para la protección de estos grafitis es, como puntualiza, 'complicado'. Así, el experto está convencido de que el hecho de que el punk sea 'una subcultura antisistema', como él mismo la cataloga, 'es el mayor obstáculo para que sea reconocido Patrimonio Nacional. En realidad, resulta inapropiado'. Sin embargo, los arqueólogos apuestan por el reconocimiento de esta subcultura efímera, engullida por el capitalismo y marcada por las okupaciones, que se convirtió en el 'archienemigo de la sociedad'.

Los Sex Pistols eran inicialmente el vocalista Steve Jones, el batería Paul Cook y el guitarrista Warwick Wally Nightingale. Johnny Rotten se uniría tiempo después. Hacia mediados de los setenta, Jones, entonces sin hogar, se apostó en una habitación de la parte de arriba del edificio. Cook y Matlock también pasarían largas estancias, llegando a convertirse en el centro neurálgico del grupo. De hecho, no sólo ensayarían allí entre 1976 y 1977 sino que fue donde grabaron sus primeras maquetas. El único miembro de la banda que no vivió en Denmark Street fue Rotten, apunta Schofield, y, según indicó en su día el propio Cook, decidió redecorar la estancia por considerarla 'demasiado pija'.

La parte principal del grafiti se compone de ocho caricaturas del propio Johnny Rotten, que se etiqueta como A Rotten Bastard, y de otros miembros del grupo y gente cercana. Las caricaturas pueden dividirse en las más humorísticas y más afectuosas, como el autorretrato de Rotten o los dibujos de Jones y Cook, y las más satíricas y ácidas, como las de John Ritchie, Nancy Spungen, John Tiberi y sobre todo Malcolm McLaren, manager de la banda.

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